El riesgo de repetir un relato
Lejos de la idea de un archivo, que fija de una vez y para siempre su contenido, la memoria se encarga de deshacer y rehacer sin tregua aquello que evoca. Y, sin embargo, no deja de inquietarse, con razón, por la fidelidad de su recuerdo. La repetición puntual de un m ismo relato, sin variación a lo largo de los años, puede representar no el triunfo de la memoria sino su derrota. Por una parte, porque toda repetición “seca” el relato y los oídos que lo escuchan; por otra, porque la memoria es un acto de recreación del pasado desde la realidad del presente y el proyecto de futuro. Es desde las urgencias actuales que se interroga el pasado, rememorándolo. Y, sin embargo, al mismo tiempo es desde las particularidades de ese pasado, respetando sus coordenadas específicas, que podemos construir una memoria fiel. Se trata en consecuencia de un doble movimiento: recuperar la historicidad de lo que se recuerda reconociendo el sentido que en su momento tuvo para los protagonistas, y también revisitar el pasado como algo cargado de sentido para el presente. En este texto pretendo realizar un ejercicio de memoria, no una historia, sobre las circunstancias que llevaron al mayor momento de violencia política en la Argentina –los años del llamado Proceso de Reorganización Nacional–, y el papel que les cupo en ellas a las organizaciones armadas.