Perfil (Sabado)

ENTRE DOS PAISES

Separado de México por el Río Grande, El Paso es la segunda ciudad fronteriza de Estados Unidos. La guerra contra el narcotráfi­co en Juárez hizo que la oferta gastronómi­ca y la movida turística y comercial fluyeran hacia este enclave estadounid­ense.

- IZA WOJCIECHOW­SKA*

Localizada en la intersecci­ón de Texas, México y Nuevo México, El Paso es una ciudad con un sabor distinto. Yuxtapone auténtica cultura mexicana con un creciente paisaje sofisticad­o, y aunque es una de las mayores ciudades de Texas, aun así a menudo termina siendo una mera parada en la autopista interestat­al I-10. Alguna vez famoso corazón del Viejo Oeste (y patio de juego de Billy the Kid), El Paso recienteme­nte ganó mucho de la sensación de urbe grande

Alguna vez fue el famoso corazón del Viejo Oeste y patio de juego de Billy the Kid

de su vecina del otro lado de la frontera, Ciudad Juárez. Se ha lucido con nuevos teatros, restaurant­es y centros nocturnos, muchos de ellos trasplante­s de su ciudad hermana, epicentro de la guerra de México contra el narcotráfi­co.

Día 1. Región del vino

Aunque los cálidos veranos de El Paso, con días que superan los 35 grados, podrían parecer implacable­s para el cultivo de la vid, la variedad zinfaldel es típica

de la zona. Se puede visitar Zin Valle Vineyards (7315 Canutillo La Union Road) o la vecina La Viña Winery (4201 South Highway 28) para comprobarl­o (gratuita en Zin Valle o US$ 5 en La Viña). Ambas se sitúan sobre el Camino Don Juan de Oñate, sección del Camino Real que marca la ruta que forjó el explorador y homónimo en 1598 para asentarse al norte del Río Bravo. Esta ruta revela majestuosa­s arboledas de nogal y vastos campos de algodón, chile y maíz. Con Juárez justo del otro lado de la autopista, es obvio que El Paso siempre ha sido un lugar de primera para la comida mexicana. Pero los últimos años se incrementó la comida local. Tom’s Folk Cafe es la más pura expresión del nuevo paisaje culinario de El Paso y encajaría a la perfección en Brooklyn con su carne, sus verduras, sus panes locales y los candeleros hechos con botellas de vino. Los nuevos centros musicales son parte del paisaje de vida nocturna de El Paso, y con el festival de música Coachella al oeste y el festival Austin City Limits al este, El Paso podría estar a punto de convertirs­e en un foco neural de los recorridos de grupos indie. The Lowbrow Palace atiende a la clientela universita­ria, y Tricky Falls es un nuevo espacio musical.

Día 2. Bien local

Conduzca hacia el desierto para probar el desayuno almuerzo de Ardovino’s Desert Crossing (mimosa de tuna, naranja carameliza­da y waffle con pollo, tocino y manzanas salteadas (US$ 12) mientras oye retumbar el tren al pie del Monte Cristo Rey. Entre mayo y octubre funciona adyacente el Mercado de Productore­s, con productos locales y cervezas artesanale­s. La belleza de El Paso emana de las ineludible­s montañas que rodean la ciudad. Pueden apreciarse desde el Parque Estatal Montañas Franklin (US$ 5, sobre McKelligon Canyon Road), donde se camina por sendas montañosas en el desierto, repletas de cactus, agaves y lagartijas. Un serio esfuerzo realizado durante los últimos años para revitaliza­r el centro finalmente está dando frutos, a la par de una ola de establecim­ientos frescos que está inyectando nueva vida. Visite el gratuito Museo de Arte El Paso para ver obras

Plaza Theater es el orgullo de El Paso desde 1930. Pone en escena obras de Broadway

de arte locales, justo al lado del Plaza Theater. Orgullo de El Paso desde 1930, pone en escena obras de Broadway. Para apreciar algo bien local hay que recorrer la calle El Paso Street, con casas de empeño y tiendas mexicanas llenas de ropa barata, botas vaqueras y rarezas. El dedo desmembrad­o con el que jalaba el gatillo Pancho Villa tiene un precio actual de US$ 9.500.

Día 3. En la frontera

Apile chiles verdes, chorizo, palta y chipotle sobre huevos, sírvalos con un acompañami­ento de porotos negros, y tendrá un verdadero desayuno del suroeste en Ripe Eatery (910 East Redd Road). Cuando se reponga, prepárese para recorrer la Ruta Panorámica, que serpentea entre las montañas con vistas a la ciudad y lo deja cerca del Tranvía Aéreo Wyler. Es uno de los pocos t ranvías públicos de Texas, y el recorrido de cuatro minutos a la cima de la montaña (US$ 7) termina en vistas panorámica­s de la convergenc­ia de dos países y tres estados (Texas, Nuevo México y Chihuahua, México). Esplendor algo parecido a la Triple Frontera de Argentina.

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FOTOS: THE NEW YORK TIMES / TRAVEL
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TIPICOS. Un trago en Tom’s Folk Cafe; un baño de color local en El Paso Street, donde venden ropa texana y chucherías. (Pag 5) Desayuno típico: porotos negros y pimientos.
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FOTOS: THE NEW YORK TIMES / TRAVEL CAMINO AL DESIERTO. Ardovino brinda tuna y otros productos típicos. El centro es una cuadra adoquinada con restaurant­es discretos.
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BAR NUEVO. Hoppy Monk (4141 North Mesa St.) ofrece cerca de 70 cervezas artesanale­s.
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