La Richmond será un local de ropa, pero peligra su habilitación
Con polémica, avanzan en la ex confitería Richmond las obras para poner a punto las instalaciones de lo que será un local de venta de ropa deportiva con un pequeño bar en el fondo.
PERFIL estuvo en el lugar y registró tareas en la instalación eléctrica y la colocación de estanterías y percheros. De hecho, ya están las cajas de cartón con la indumentaria que, según lo planeado por los nuevos locatarios, empezarían a vender la semana próxima.
Sin embargo, desde la Agencia Gubernamental de Control porteña adelantaron que recién ayer recibieron la documentación necesaria para tramitar la habilitación del local. Según el expediente, el pedido de habilitación se hizo por los rubros minoristas de ropa de confección, lencería, blanco y mantelería, artículos deportivos, cuchillería y café - bar. En este sentido, fuentes de la AGC aseguraron que “el lunes un inspector irá a verificar que todo esté en orden. De lo contrario, los dueños deberán cumplir con las observaciones. El trámite de habilitación no se hace de un día para el otro”, agregaron.
El funcionamiento de un bar en el interior del local era la condición que debía respetar quien se hiciera cargo del comercio, en este caso la firma Just For Sport. Este sector estará ubicado en el fondo del salón principal y tendrá espacio para unas treinta mesas de café que mantienen las mismas características que las que tenía la Richmond a principios del siglo pasado. Las arañas de luces y la mampostería se preservan tal como estaban en el momento de cerrar sus puertas. El único cambio que se percibe tiene que ver con la ubicación del antiguo mostrador. Según fuentes del Ejecutivo porteño, “fue corrido de su emplazamiento original, pero está intacto, como los pisos y los techos”. El subsuelo del comercio, donde se encuentran las mesas de billares, se mantendrá cerrado.
Según se observa, algunas paredes fueron cubiertas con placas de yeso. Así se evitaría que los clásicos revestimientos de madera sean dañados con los “ganchos” y percheros para la mercadería. Las vidrieras y las puertas del comercio, en tanto, se encuentran tapadas con papeles y cartones que impiden la vista hacia el interior. La Richmond permanece cerrada desde mediados de 2011, cuando sus dueños intentaron alquilar el lugar a la marca Nike. El amparo presentado por la ex legisladora porteña María José Lubertino frenó la operación e impidió que se modificara el uso del inmueble. Mientras tanto, el local de Florida al 400 fue declarado patrimonio cultural de la ciudad.