Matar por demás
Los noviazgos violentos tienen la particularidad de que muchas veces son percibidos como normales, y el miembro más vulnerable de la pareja tiene miedo de hablar de ello por vergüenza. En muchos casos, la mujer cree merecer esa violencia, ya que su autoestima ha sido llevada hasta el piso y entonces tiende a creer que el agresor la golpea porque “la quiere y la cela así”, o simplemente porque este tipo de violencia ha sido naturalizada a raíz de este vínculo tóxico.
Dependiendo de la localización, intensidad y profundidad de las lesiones, las 49 puñaladas que recibió Serena indicarían que lo que se intentó es “matar por demás”, producto de una ira o de un automatismo epiléptico, si es que los cortes son agrupados en una zona específica o podrían estar relacionadas con el piquerismo. ¿Qué significa esto? Que esta cantidad de cortes tiene un sentido netamente sexual aunque hayan sido efectuados antes, durante o luego de la muerte, y donde la fantasía del agresor es la penetración sustitutiva de la víctima, y se da mayormente en lo que se conoce como homicidios sexuales.
En principio, todo indica que este caso podría encuadrarse en lo que se conoce como feminicidio, donde a la mujer se la castiga hasta la muerte por su condición de mujer. En el Congreso Mundial de Perfilación Criminal, la doctora Guadalupe Castillo (México) presentó casos de feminicidios con múltiples heridas de arma blanca. La particularidad de todos era que en el cuello iba el cuchillazo final.