Máximo estrenó estilo conciliador para evitar rupturas en el bloque
El diputado Máximo Kirchner hizo su debut como orador en la Cámara baja durante la sesión en la que se trató el acuerdo con los fondos buitre. Con un discurso más bien “conciliador” –contra la postura más intransigente que sostiene La Cámpora–, el legislador del Frente para la Victoria fue noticia por sus palabras y por una foto en la que, en teoría, se lo ve dormido en su banca.
En las horas previas estuvo en su despacho, visitó las oficinas de sus compañeros de agrupación Andrés Larroque y Wado de Pedro, y se dedicó a repasar su discurso, que finalmente ofreció a las 7 de la mañana del miércoles. Recibió consejos de sus colaboradores más cercanos y conversó con Axel Kicillof sobre la conveniencia o no de salir a responder al diputado del PRO que difundió la foto en la que se lo ve con los ojos cerrados.
Kicillof intentó convencerlo de salir a responder, pero Máximo se impuso con la estrategia de mostrarse como “conciliadores”. Fuentes del bloque aclararon que Máximo no estaba dormido. “Le sacaron fotos varias veces hasta que lo engancharon con los ojos cerrados por el parpadeo”, dijeron. Y sobre Kicillof añadieron que estaba mirando su celular cuando lo fotografiaron con la cabeza hacia abajo.
Máximo fue, durante los últimos cuatro años, el principal consejero de la ex presidenta Cristina Kirchner, junto con el ex secretario de Legal y Técnica Carlos Zannini. Ahora, con Oscar Parrilli, preparan el regreso de la ex jefa de Estado a la escena pública, desde una fundación que funcionará en la calle Rodríguez Peña, cerca del Congreso.
La Cámpora, además, quiere evitar más fugas en el bloque de Diputados, donde cinco miembros votaron a favor del acuerdo con los fondos buitre. “Si nos ponemos intolerantes, se van a ir y a nadie le conviene”, explicaron fuentes de la agrupación. También aclararon que el jefe de la bancada en el Senado, Miguel Pichetto, deberá tolerar del mismo modo las disidencias cuando se vote el acuerdo con los buitres. Se sabe que al menos quince senadores del bloque que responden al “cristinismo” lo rechazarían.