En el Lollapalooza, los trapitos cobraron ayer hasta 200 pesos
Una invasión, especialmente de autos. Así se vivió en San Isidro el primer día del festival Lollapalooza, que sigue hoy y en el que se esperan unas 160 mil personas. Desde la mañana de ayer, la avenida Márquez –el principal acceso al Hipódromo, sede del festival– ya estaba colapsada, y los trapitos no tardaron en aparecer. A pesar de los controles policiales y de la posibilidad de quienes pagaron entradas de hasta $ 3.900 de compra rse pases de $ 180 por día (o $ 300 por ambas jornadas) para estacionar dentro del predio, los trapitos pedían una “tarifa fija” de entre $ 150 y $ 200.
Una recorrida de PERFIL constató que, pese a que móviles tanto de la policía comunal como de la Bonaerense circu- laban permanentemente por la zona, los trapitos operaban con total impunidad en la zona conocida como Barrio de las Carreras, un barrio residencial ubicado del otro lado de la avenida Márquez, frente al ingreso al predio, donde habitualmente está prohibido estacionar. Quejas. En los accesos al Hipódromo, en tanto, la Municipalidad de San Isidro habilitó el estacionamiento a lo largo de toda la avenida Márquez a cambio de un bono contribución de $ 100 a beneficio de los Bomberos Voluntarios, que cobraban empleados del área de mantenimiento urbano del municipio.
“Cuando vea el auto bomba nuevo, no se va a quejar de que estacionen sobre Márquez
Pedían un precio fijo, a pesar de que por la zona pasaban los móviles policiales
y paguen”, le dijo a una vecina que reclamaba a uno de los policías de Tránsito apostado en la entrada principal del Hipódromo. Ante la consulta acerca de los trapitos, el mismo oficial respondió que ellos “no tenían responsabilidad sobre lo que sucedía en los alrededores”.
El año pasado, ya había habido reclamos porque los asistentes al festival tapaban las cocheras de entrada a las casas, algo que se repitió durante la jornada de ayer. Y aunque pasaban las grúas, los mismos agentes reconocieron que “sería imposible levantar todos los autos en infracción”, debido al tamaño de la playa de autos municipal.
Para evitar concentrar a todos los autos en la zona del Hipódromo, el municipio puso un transporte gratuito desde el Bajo San Isidro hasta la puerta del predio.