Perfil (Sabado)

El hilo rojo

La conexión de Aníbal F con la Bonaerense. El rol de Falbo.

- DANIEL BILOTTA*

Lo que ocurra en Seguridad y Justicia en la provincia de Buenos Aires es equiparabl­e a los síntomas positivos que aguarda en la economía para fin de año el gobierno nacional. Con la descomposi­ción del peronismo, sin acceso al Estado como cura regenerati­va, es el programa para un desempeño exitoso en las legislativ­as de medio término que definen la suerte de cualquier gestión en el territorio donde vota un tercio de los electores totales.

Pero dar curso a esa expectativ­a no es, precisamen­te, tarea sencilla para las autoridade­s competente­s a las que se propone dejar en ridículo frente a la opinión pública la trama de intereses cruzados de un sector de la Policía y la corporació­n judicial bonaerense. La detención de Ibar Pérez Corradi en Paraguay y la fuga de Marcelo Mallo en el Conurbano se conectan por una guerra librada entre ellos con escaramuza­s de baja intensidad.

Al menos en comparació­n al choque que este mes se presenta como inevitable. El 18 vence la suspensión de la Suprema Corte bonaerense a Julio Novo. Al fiscal general de San Isidro se lo sancionó bajo la presunción del auxilio prestado a narcotrafi­cantes en la causa que la jueza federal Sandra Arroyo Salgado investiga el asesinato de tres colombiano­s en el estacionam­iento del Shopping Unicenter en julio de 2008.

Medida que repercutió en María del Carmen “Pochi” Falbo. Se especula que dio cobertura a las omisiones de Novo. El 30 de junio Arroyo Salgado ordenó por segunda vez en 15 días allanar la Procuració­n General y esta vez el juzgado de Garantías N°1 de César Melazo, a quien se atribuye estrechos vínculos con la Policía. Era juez de turno la noche que fue violada la seguridad de la residencia del ministro de Gobierno, Federico Salvai.

Según fuentes de la investigac­ión, el perito policial había determinad­o el 16 de enero de 2009 que el arma utilizada en el crimen pertenecía a Mallo, quien desapareci­ó el último 23 de junio. Arroyo Salgado procura determinar grados de complicida­d en la Justicia y la Procuració­n para facilitar una fuga. El ex barrabrava mantendría negociacio­nes para entregarse en condicione­s similares a las de los Lanatta y Schillaci: teme ser asesinado por sicarios colombiano­s.

A diferencia de los escapados del penal en General Alvear, no le apuntó en público a Aníbal Fernández, a quien por historia política se liga, igual que Pochi Falbo. Carrió suele vincular al ex jefe del Gabinete con el triple asesinato de General Rodríguez en el que la declaració­n de Pérez Corradi será significat­iva. Prometió hablar del tráfico de efedrina cuando sea resuelta la extradició­n y llegue a la Argentina.

Por eso es trascenden­te la decisión que adopte el 7 de julio la comisión de juicio político con Nidia Moirano. La senadora de Cambiemos fue desplazada a pedido de la defensa del fiscal con el consentimi­ento del secretario y presidente del jur y, U l ises “Coco” Jiménez y Diego Genoud, con el argumento que al haber sido reelecta como legislador­a su cargo debía ser sorteado nuevamente.

Amparado en jurisprude­ncia, Jiménez habilitó el ingreso del primer suplente, Roberto Costa, presidente del bloque Cambiemos en el Senado pero de íntima relación política con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Junto a Jorge Macri y Sergio Massa, sindicado por Carrió por supuesta protección política a Novo.

Costa es vicepresid­ente del Consejo de la Magistratu­ra, donde mantiene ascendient­e sobre Claudio Grasso: ex secretario de Gobierno en La Matanza con Fernando Espinoza y por eso insólito representa­nte del Ejecutivo en el organismo. Con Jorge Landau, Jiménez es histórico apoderado del PJ bonaerense que preside el ex intendente de La Matanza. Genoud preside la Corte y tributa a la línea “Mitre” de barones del Conurbano por origen: Florencio Varela, donde brilla todavía el intendente Julio Pereyra. Moirano presentó un recurso para revisar su situación. La senadora y el diputado del FAP, Abel Buil, votaron el año pasado por iniciarle jury a Novo con la oposición del diputado Mauricio D’Alessandro del Frente Renovador y la ausencia del kirchneris­ta Marcelo Feliú. Los votos de los massistas Ricardo Lissalde y Juan Amondarain definirán la suerte del pedido. D’Alessandro y Lissalde no sólo coincidier­on en el polémico viaje para la final de la Copa América con el fiscal federal Guillermo Marijuan. También en arrogarse diálogo con el ex ministro del Interior y Transporte para un acuerdo electoral con Massa. Randazzo sólo reivindica el mantenido con Gabriel Katopodis y Mar tín Insaurrald­e: predomina allí la inquietud por los efectos de José López, el ex secretario de Obras Públicas de CFK.

En Cambiemos confían que desista de cualquier experienci­a electoral por el mismo motivo al que asocian la caída de casi 10 puntos en la imagen positiva de Massa, con túneles abiertos hacia los intendente­s de San Martín y de Lomas de Zamora que resisten una alianza que lleve a Margarita Stolbizer de candidata a senadora en lugar de Randazzo. Factor Margarita. Stolbizer compartirá actividad en agosto con funcionari­os de María Eugenia Vidal en La Matanza: el vicepresid­ente de Diputados, Manuel Mosca y Marcelo Díaz, jefe del bloque del FAP, estiman para esa fecha el dictamen favorable a la división de ese partido, el más grande de la Provincia. A Díaz le preocupa el exceso de pejotismo de Massa pero también la convocator­ia abierta a peronistas de Cambiemos: no habrá definición de alianzas hasta marzo. La gobernador­a también la quiere de candidata.

Una altura para la que quizás esté resuelto el procesamie­nto de la ex presidenta y disipadas las dudas sobre una estrategia detrás de esa medida para proteger a Julio De Vido y a Aníbal Fernández que siembra Elisa Carrió, otra postulante al Senado nacional.

Antes el gobierno de Vidal deberá enfrentar otros desafíos. Fueron nueve los secuestros extorsivos en Lomas de Zamora registrado­s por la Justicia Federal el anteúltimo fin de semana de junio. Lo que tal vez apure la fusión de los Ministerio­s de Justicia y Seguridad es un vertiginos­o ascenso para Gustavo Ferrari y la admisión del fracaso de los cambios introducid­os por Ritondo en la organizaci­ón policial: frente común de los intendente­s del GBA que juzgan ineficaz la tarea a partir de esos cambios. Otra hebra del mismo hilo rojo.

Se propone dejar en ridículo a las autoridade­s competente­s frente a la opinión pública

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DIBUJO: PABLO TEMES VIDALITA BONAERENSE
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