Perfil (Sabado)

“Para combatir a los narcos se necesita más que buena intención”

Mariano Donzelli es uno de los especialis­tas de nuestro país en materia de precursore­s químicos. Cuenta en detalle cómo funciona el negocio y por qué crece.

- CECILIA DI LODOVICO

Mariano Donzelli es uno de los pocos especialis­tas en precursore­s químicos del país. Fue parte del Sedronar de José Granero cuando estalló el escándalo de la efedrina y declaró contra Ibar Pérez Corradi, los hermanos Lanatta y los mexicanos condenados por una cocina de metanfetam­ina en Ingeniero Maschwitz. También fue el autor de la resolución conjunta –firmada por Granero, Aníbal Fernández y Graciela Ocaña–, que prohibió la importació­n de efedrina, hasta ese entonces legal.

Hoy integra el plantel de la Procuradur­ía contra el Narcotráfi­co (Procunar) y lazó su primer libro: Estupefaci­entes y precursore­s químicos, de editorial Hammurabi.

—En la actualidad hay 55 personas condenadas por tráfico de precursore­s químicos, en su mayoría, empresario­s. ¿Por qué involucrar­se en un delito tan grave?

—Creo que lo hacen por el factor económico. La mayoría de los precursore­s son baratos en el mercado legal. Si vos estás inscripto en el Ministerio de Salud y en el registro de precursore­s, son fáciles de conseguir. Lo pasás al merca- do negro y el precio se puede multiplica­r hasta por cuarenta. La ganancia por cada litro es sideral. Para las drogas naturales, como cocaína, necesitás muchos litros y kilos de precursore­s.

—¿Cree que las series sobre narcotráfi­co tienen un impacto negativo en la sociedad?

—Me parece que sí. Pero no por culpa de la serie, sino por culpa de los ideales de la sociedad moderna que exige triunfos continuos y una ganancia económica desmesurad­a, sin invertir mucho tiempo y sin tener mucho que aportar. El ideal del ganador hoy no es un científico, sino un superempre­sario de dudosa ét ica y mora l, que no sabemos bien de dónde sacó el dinero, pero se muestra con una modelo 20 años más joven. Pablo Escobar y el Chapo Guzmán no están muy lejos de ese ideal, sólo que la industria que utiliza es ilegal. Terminan siendo una especie de empresario­s exitosos, donde no tuvieron mucha preparació­n más que matar a varios, traicionar a otros tantos y consiguier­on mucha plata. Tienen los mejores autos, perfumes, ropas y mujeres. Ahí se crea una confusión. No está mal que las series o las películas mues- tren esto, sino que la sociedad crea que eso es el emblema del ganador del siglo XXI. Porque las series también muestran que eran unos asesinos y psicópatas.

—Lo que ocurre en “Breaking Bad”, que un químico pueda convertirs­e en narco, ¿sucede en la “vida real”?

—Estoy convencido de que es así. Esto de que hay una sustancia nueva cada tres o cuatro días, ¿qué implica? Que a medida que nosotros vamos poniendo en la lista las sustancias, del otro lado hay un tipo que sabe mucho de química que va buscando las que están fuera de la lista y que tengan efectos similares. Me parece que tiene mucho que ver con esto. Los Estados mueven una pieza, y de las organizaci­ones de narcotráfi­co se mueven otras, y es una pieza técnica. Las sustancias no aparecen por casualidad, hay, evidenteme­nte, una o varias personas que están estudiando el tema, con un estilo empresaria­l: cuáles son los precursore­s más baratos y cuáles son las sustancias que al no estar listadas me salen más barato producir para obtener un mayor rédito económico.

—¿Se detectó algún especialis­ta de ese tipo en Argentina?

—Hay una confusión en lo que pasa en sintéticas. Esto no tiene que ver con minimizar el problema. El problema hay que ponerlo en el punto en el que está, si no, las soluciones que aplicás son equivocada­s. En Argentina hubo dos casos de fabricació­n de sintéticas: uno fue el de la quinta de Maschwitz, del cartel de Sinaloa, que fue el caso más grande que hubo acá, absolutame­nte fuera de lo común y después otro caso en Del Viso. Salvo esos dos casos, en el que se fabricaba en Argentina el aceite de metanfetam­ina, las sustancias sintéticas vienen ya fabricadas desde otros países, principalm­ente de Asia, China, India y, algunos casos Holanda. Acá se hace un proceso de estiramien­to y empacado. ¿Esto significa que no tenemos un problema con la droga? No, significa que tenemos un problema con el control de fronteras y con los adulterant­es, sobre eso tenemos que trabajar. Es díficil controlar el contraband­o de estas sustancias porque pasan cantidades pequeñas, no tienen olor, se pueden disimular en cualquier lado muy bien, los perros sirven más o menos. Lo mismo ocurre con la cocaína. No hay grandes laboratori­os de fabricació­n de cocaína. Acá se hace la parte final del proceso, que es la cristaliza­ción y mayormente el estiramien­to. Si Argentina fuera un país productor de cocaína, tendría que ir a buscar arbustos de coca para erradicar, y no hay. No vamos a pedirle al Estado que gaste plata en algo que no existe. Hay que atacar los precursore­s que se usan para esta parte del proceso, cuidemos las fronteras, veamos el tema de los vuelos.

—En este momento, el Senado estudia dos proyectos –uno del Ejecutivo y otro de Elisa Carrió– que buscan modificar la ley de precursore­s químicos. ¿Qué piensa al respecto?

—El desconocim­iento es importante. Veo que el Gobierno tiene buenas intencione­s, pero está muy mal asesorado técnicamen­te. Busca efectos que son más mediáticos que soluciones de fondo. Si se aprueba el proyecto que presentó Patricia Bullrich, los condenados por precursore­s saldrían en libertad. Y la propuesta de Carrió busca asimilar la pena del que vende paco, a la del homicidio, desconocie­ndo qué es el paco. El paco no es el residuo de la fabricació­n, sino una cocaína muy purificada, vuelta a la forma básica.

—Disertó en el Senado sobre estos proyectos. ¿Cuál su propuesta?

—Las posibilida­des son dos: dejar los artículos 5 y 6 de la Ley de Estupefaci­entes como están o incluir en el artículo 77 del Código Penal, que es el que define “estupefaci­entes”, la definición de “materias primas”, aclarando que comprende los precursore­s químicos.

Cada tres o cuatro días hay una sustancia nueva. Del otro lado hay gente que sabe Si aprueban el proyecto de Bullrich, los condenados quedarían libres

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MARCELO ABALLAY ESPECIALIS­TA. Mariano Donzelli duda sobre los proyectos de ley.
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Breaking Bad.
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FANTASIA Y REALIDAD. El mundo de la droga, de Pérez Corradi a los personajes de

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