SHOW DE CENTELLAS
Sobre el río Catatumbo se produce la mayor concentración de tormentas eléctricas del mundo: 250 relámpagos anuales por km2.
El ambientalista Erik Quiroga acumula un marcador de 2-1 en su campaña por conseguir reconocimientos mundiales a través de récords Guinness para los espectaculares fenómenos naturales que maravillan al ser humano y se producen unicamente en Venezuela. Quiroga fue el que lanzó la exitosa campaña para que el llamado relámpago del Catatumbo, una serie de tormentas eléctricas que estallan en el cielo del lago de Maracaibo, en el occidente de Venezuela, fuera incorporado como marca única en la tradicional guía Guinness. Eso fue en 2013. En abril de este año, el ambientalista sufrió un revés cuando el consejo de Guinness rechazó, de momento, su propuesta para que reconociera al Parque Nacional Gran Sabana, en el sur del país, como el lugar del planeta con más tepuyes –formaciones montañosas con forma de mesa– por kilómetro cuadrado. Pero Quiroga no sólo se dedica a estudiar los fenómenos de la naturaleza en su país. En 2015 se adjudicó la homologación de otro récord al señalar una zona volcánica en el sur de Bolivia como el sitio de mayor radiación ultravioleta sobre la Tierra, que destacó como un alerta en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, al venezolano se lo suele vincular sobre todo con las tormentas eléctricas sobre el río Catatumbo. “Fue la primera vez que un fenómeno meteorológico recibió un Guinness, porque solían ser un reconocimiento a esfuerzos y hazañas humanas”, dijo. Hasta 2013, una provincia en el Congo era reconocida como el sitio de mayor número de relámpagos por km2 al año, un promedio de 158. Quiroga presentó una serie de informes con monitoreos realizados durante 13 años por la agencia aeroespacial estadounidense (NASA): “Demostraban que en el Catatumbo se registran 250 relámpagos por km2 al año, la mayor incidencia en el mundo”, señaló. El Catatumbo, que nace en Colombia, es uno de los afluentes del lago de Maracaibo y el escenario de las tormentas eléctricas que ocurren entre abril y noviembre. Los rayos se pueden observar incluso a 300 kilómetros de distancia, desde Aruba, iluminando el cielo de una vasta zona del espacio lacustre. “Se produce de nube a nube, a unos ocho kilómetros de altura. Tiene que ventear (corriente de aire) para que se genere el relámpago. La masa de aire húmedo y cálido choca contra el aire pesado que viene de la montaña andina. El aire caliente empuja al frío y surge una corriente eléctrica nube a nube”, explica Quiroga.