Por las subas, un ente eléctrico clave pasó de la quiebra a hacer inversiones financieras
Diciembre de 2015. La salida de Cristina Kirchner del poder dejó a Cammesa, la compañía mixta pero controlada por el Estado que administra el mercado eléctrico, prácticamente al borde de la quiebra. La empresa acumulaba una deuda de más de $ 20 mil millones con las empresas generadoras (usinas y represas hidroeléctricas fundamentalmente) por la falta de fondos y la ruptura de la cadena de pagos del sector.
Un año después, la radiografía es otra. El fuerte incremento de las tarifas residenciales para Capital Federal y el Gran Buenos Aires tras casi 15 años de congelamiento –desde febrero del año pasado a la fecha acumulan subas superiores al 700%– y recientes decisiones de manejo de caja del gobierno de Mauricio Macri modificaron de forma sustancial el escenario.
Cammesa aún no regularizó el rojo que mantiene con los generadores –sí condonó un monto similar que adeudaban distribuidoras eléctricas de todo el país–, pero su situación financiero-económica parece más sólida. Para muestra basta un botón: sin previo aviso, el Ministerio de Hacienda le transfirió a principios de enero la suma de $ 35 mil millones. La cartera que dirige Nicolás Dujovne se encontró en diciembre con recursos fiscales adicionales que ingresaron al Tesoro como resultado del blanqueo y decidió anticipar fondos a sus cuentas más calientes. Cammesa sigue liderando esa nómina. Este año deberá cubrir subsidios al segmento eléctrico por más de $ 130 mil millones (cerca de US$ 7.500 millones, según proyecciones del Ministerio de Energía), un 25% menos que en 2016 (casi US$ 10 mil millones).
El presidente de una generadora privada admitió la sorpresa por la decisión de Hacienda.
“Fue una medida intempestiva que motivó una reunión de urgencia del Directorio de Cammesa para definir qué hacer con el dinero”, expresó a PERFIL bajo la reserva de nombre. Es que el presupuesto de la empresa administradora para el primer trimestre prevé pagos por “solo” $ 19 mil millones. La mayor parte de los subsidios eléctricos se utiliza durante el invierno para solventar la importación de combustibles líquidos que requieren las centrales térmicas.
“Un director planteó la posibilidad de adelantar esas compras, pero el Ministerio de Energía preparó otro cronograma”, comentaron desde otra eléctrica.
Brokers. Cammesa debió recurrir entonces a un asesor en materia de inversiones para defender el valor del dinero y evitar el impacto de la devaluación del tipo de cambio. En rigor, la compañía mixta ya cuenta con un consultor contratado para ese fin, pero hacía años que no disponía de un porfolio tan frondoso. “Hubo que trabajar con un conjunto de bancos para colocar los fondos en activos de bajo riesgo que ofrezcan una rentabilidad adecuada”, indicó un bróker que estuvo al tanto de la operación.
En la industria interpretan la medida con un crisol positivo. Es que, además de administrar los subsidios que demanda el sistema de generación eléctrica, Cammesa firmó recientemente contratos de compra de energía por veinte años (PPA, por sus siglas en inglés) con los ganadores de la licitación para instalar pequeñas y medianas usinas. Cualquier señal de robustez financiera eleva la confianza de los inversores. Al menos, así lo entienden allegados al ministro Juan José Aranguren.