Cabalgaron por los Andes durante seis días en homenaje a San Martín
PERFIL participó de la recreación de la travesía que el Libertador lideró en 1817. El grupo de 250 expedicionarios acampó a 4.800 metros de altura.
Como en el verano de 1817, la lluvia y el viento helado dieron la bienvenida a los expedicionarios en el primero de los siete días en los que, para celebrar el bicentenario de la gesta, un grupo de unas 250 personas – entre ellas, PERFIL– hizo el cruce de los Andes siguiendo la huella que dejó José de San Martín. Las temperaturas bajo cero que debió soportar el Ejército de 5 mil hombres que habían salido con el general para liberar Chile también llegaron, dos siglos más tarde, a la primera noche en el refugio Trincheras del Soler, más conocido como Las Frías precisamente por sus bajas temperaturas.
Entre las seis rutas sanmartinianas, el Paso de los Patos fue el camino que decidió tomar el mismo Libertador. Hasta ese entonces, esta ruta que alcanza los 4.800 msnm era intransitable, por lo que los españoles no esperarían por allí a la tropa principal que finalmente gana la batalla de Chacabuco el 12 de febrero. En este refugio los expedicionarios, también tuvieron un día de descanso. Mientras se preparó el asado, el día soleado permitió a los participantes caminar unos metros hasta el río Volcán, pero las bajas temperaturas continuaron por lo que algunos apenas se mojaron los pies y fueron pocos los que se animaron a un baño completo.
El día de descanso fue luego de ocho horas de cabalgata y luego de ascender a 4.825 metros de altura. Se trata del punto más alto, llamado El Espinacito que regala la vista más maravillosa de la Cordillera de los Andes y desde donde se llega a ver la cima del Aconcagua nevado.
La travesía la realizaron 130 personas, acompañadas por 35 miembros del Ejército argentino y 35 oficiales del Ejército chileno. También formaron parte del cruce 48 gendarmes. “El rol de Gendarmería es brindar la protección, seguridad y logística junto al gobierno de San Juan. Los gendarmes se ocupan aquí desde el armado de las carpas y el racionamiento del alimento, hasta del cuidado del equipaje y de la ayuda para montar los animales”, explicó el jefe de la Agrupación 10ª San Juan, Marcelo Bravi.
Para esta expedición, se debieron usar 230 animales (entre silleros para los civiles y cargueros) y 37 arrieros que ayudaron a los expedicionarios a cruzar el camino que abrió San Martín y que ahora ellos transitan a diario. Momento cumbre. En el límite cordillerano, los expedicionarios chilenos y argentinos cantaron el himno de ambos países con lágrimas en los ojos. Además, entre abrazos, se intercambiaron banderas y compartieron un brindis con vino chileno.
El Ejército de ambos países continuó en camino hasta Chacabuco para estar allí el próximo domingo 12, mientras los integrantes “civiles” del contingente retomaron la marcha para regresar a San Juan. Fueron dos días más de cabalgata, en los que sólo se escuchó el trote de los caballos y mulas. Sacar a San Martín del manual escolar y llevarlo nuevamente al camino que lo terminó de convirtir en prócer es una experiencia que cada uno de los expedicionarios se llevó en silencio.
En el recorrido se usaron 230 animales y 37 arrieros ayudaron en distintos tramos