Continuidad o cambio: el dilema que mañana se definirá en Ecuador
Este domingo los ecuatorianos volverán a las urnas para elegir al sucesor del presidente Rafael Correa entre dos opciones: la continuidad del actual modelo de gobierno en cabeza de Lenín Moreno o un cambio extremo de línea política como el que sugiere el conservador Guillermo Lasso.
Moreno, candidato del oficialista Alianza País, llegó al ballottage luego de obtener en la primera vuelta 3.716.343 votos, el 39,36% del total de la elección; mientras que Lasso, de la alianza opositora Creo-Suma, obtuvo 2.652.403 sufragios, el 28,09% de la votación.
Ambos prometen mejoras sociales, probablemente el único asunto en el que coinciden, y mantienen diferencias irreconciliables en materia económica y de concepción política.
Moreno recorrió el país blandiendo la bandera de su plan de gobierno de corte popular, denominado “Toda una vida”, en el que ofrece miles de viviendas a los pobres, un programa especial de salud para los recién nacidos, nuevos empleos para jóvenes, créditos para financiar emprendimientos y aumentar las pensiones.
Su rival promete gratuidad educativa y en salud, darle un giro al modelo económico con la eliminación de impuestos para “reactivar” la producción y el comercio, y alejar a su nación del modelo correísta que compara con el venezolano.
Correa no ha ocultado su favoritismo por quien fuera su vice, Moreno, y ha aprovechado cada ocasión para criticar a Lasso, incluso con el más reciente hecho en el que un grupo lanzó objetos al opositor y su familia a la salida del estadio Atahualpa, tras el partido del martes de eliminatorias al Mundial.
“Quien siembra vientos, cosecha tempestades. Ojalá nunca más un politiquero trate de politizar un espectáculo deportivo, más aún cuando juega la Selección Nacional”, dijo Correa.