El director que sabe mostrar a todos nuestros monstruos
EL OTRO HERMANO
Dirección: Israel Adrián Caetano Guión: Israel Adrián Caetano y Nora Mazzitelli, basado en Bajo este sol tremendo. Intérpretes: Leonardo Sbaraglia, Daniel Hendler, Alian Devetac, Angela Molina y Alejandra Flechner Origen: Argentina / Uruguay / España / Francia (2017) Duración: 112’
Israel Adrián Caetano es un director que el cine argentino necesita. Nunca se fue, claro, y la mera idea implica un exceso de confianza con el trabajo de un director de cine en Argentina. Pero El otro hermano le permite al director pulir nuevamente sus nervios, su capacidad de oscilar entre un cine fascinante que sabe comprimir y expandir a sus seres encerrados. Aquí, tomando como base la novela Bajo este sol tremendo, de Carlos Busqued, Caetano parecía buscar y encontrar una película áspera en el mejor sentido, que sabe enclaustrarse en medio de un pueblito de campo para crear un aire pesadillesco incluso a la luz del sol y sin apelar a otra cosa que saber filmar esos choques casi minimalistas. Su film termina siendo una especie de cruza extraña entre los humos narcóticos de Lynch cuando es visceral y la fiereza de los ambientes gene- rados por el escritor Thomas McCarhty.
Caetano se saca de encima cualquier tonito del cine argentino. Su película es distinta, y tan sólo lo es por lo concretada que parece en sí misma y su mundo. Aquí el núcleo del relato es el pueblito y los hombres sin otro motivo que el dinero (cada intercambio monetario se asemeja no en tono pero sí en mugre a una especie de venta del alma). Caetano no juzga, pero sí respira a sus seres y sus infiernitos. Ellos lo llenan todo: ese patrón de provincia interpretado por Leonardo Sbaraglia (quizás su mejor papel en el cine) o la versión oscura del hombre que no sabe qué hacer (Daniel Hendler) son seres a quienes Caetano deja ser monstruos amables, cotidianos. Lo hace para ver cómo se cruzan y qué mastican cuando no quedan huesos de otros (o incluso nadie a quien ignorar). El duelo silencioso, agazapado, entre el personaje de Hendler y Sbaraglia es la prueba de como la película va creciendo, casi como lo hacía el terror en Horacio Quiroga. Hay incluso una devoción de Caetano por no exagerar sin que eso implique no ser violento. El otro hermano es el gran retorno de un director que filma como nadie a nuestros monstruos.