Corbyn, el laborista paciente que acecha a los conservadores
A sus 68 años, el líder laborista británico Jeremy Corbyn acabó con la mayoría absoluta parlamentaria de sus rivales conservadores haciendo bandera de un credo político de izquierda –Estado de bienestar, pacifismo, fortaleza sindical– que parecía obsoleto luego de Tony Blair. Con el lema de “una sociedad para muchos, no para unos pocos” y una campaña chapada a la antigua, Corbyn ha logrado en estas elecciones dejar en la cuerda floja a la primera ministra Theresa May.
Dos años han pasado desde que fue elegido por sorpresa al frente de su partido, con la promesa de crear “una sociedad en la que no se ignore a la gente que ha quedado al margen”, y sin miedo a hablar de aumentos de impuestos o de contratar a más empleados públicos.
Aborrece la austeridad presupuestaria, lideró la oposición a la guerra de Irak y defiende la renacionalización de los ferrocarriles, símbolo de las privatizaciones de la era de Margaret Thatcher. Un lenguaje y unas propuestas que sedujeron a los militantes más jóvenes e hicieron fruncir el ceño a sus propios diputados, convencidos, desde la época de Blair, de que no hay manera de ganar elecciones sin el apoyo de las clases medias y sin una cierta corrección política de corte liberal.
Corbyn tiene una barba canosa bien recortada, voz suave, oratoria pausada y modales de profesor de Humanidades. Viste bien y no le huye a la corbata, pero sin entregarse al lujo de los magníficos sastres de Savile Row. Es diputado por el barrio londinense de Islington, en el norte de la ciudad, desde 1983.
Nunca ha ostentado ningún cargo importante en los gobiernos laboristas y trabajó para los sindicatos antes de ser elegido para el Parlamento. No fue a la universidad, y prefirió irse a Jamaica a trabajar para una organización caritativa. El ex primer ministro conservador John Major, que tampoco tenía una licenciatura universitaria, solía bromear con que Corbyn logró mejores notas que él en la educación secundaria.
Nació en Chippenham, en el sur de Inglaterra, el 26 de mayo de 1949, y tiene tres hermanos, todos varones. Empezó su militancia política en el mundo sindical y, en 1983, entró al Parlamento ostentando un escaño por Islington Norte, que ha defendido con éxito en ocho elecciones generales.
Como buen izquierdista británico, en una tradición que se remonta a George Orwell, Corbyn tiene su conexión con la Guerra Civil Española: sus padres eran activistas que se conocieron durante ese conflicto. Tres veces casado y padre de tres hijos, Corbyn por fin ha logrado ganarse el respeto de sus propios compañeros de partido.
No le huye a la corbata, pero no se entrega al lujo de los sastres de Savile Row