Maíz brillante
Todo está dado para que la campaña 2017/18 de maíz se encamine hacia un récord en el área sembrada con 5,4 millones de hectáreas, de acuerdo con el último informe de pre-campaña difundido por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. La intención por parte de los productores de aumentar su área con este cultivo, también se ve una mayor demanda de híbridos de punta. También la maquinaria agrícola está acompañando, con sembradoras y nuevos modelos cabezales maiceros que permiten aumentar la eficiencia a la hora de la cosecha.
Sin embargo, todavía queda una materia pendiente para aprovechar al máximo el potencial de los híbridos que se siembran, como es la fertilización. De acuerdo con Jorge Bassi, vicepresidente de la Asociación Fertilizar, el nivel de reposición de nutrientes en este cultivo es el mismo de hace 15 años, por lo tanto es necesario apuntalar esta práctica si se quiere aumentar la productividad por hectárea sembrada.
Al tomar la decisión de fer- tilizar, también hay que pensar hacerlo de manera correcta y estratégica, y para ello hoy la agricultura de precisión posee instrumentos que permiten la determinación de las necesidades nutricionales. Existen softwares específicos que, a través de imágenes satelitales, permiten hacer diagnósticos de fertilidad del suelo mostrando la variabilidad que existe dentro de un lote. Teniendo estos diagnósticos en la mano es posible realizar la fertilización variable según las necesidades, porque como apunta Bassi se generan pérdidas económicas si se fertiliza poco o de más, al no conocer los requerimientos del suelo.
Desde el punto de vista de la importancia del cultivo de maíz en Argentina, ya falta menos para llegar al techo de la cantidad de hectáreas sembradas, por lo tanto los productores deberán pensar en incorporar y ajustar todos los resortes tecnológicos disponibles para empezar a achicar la brecha entre los rendimientos potenciales y los alcanzados.