Las dos nuevas centrales atómicas se harán en Atucha
Tras la inesperada negativa del gobernador de Río Negro para construir una central en su territorio, el gobierno nacional acordó con China que la cuarta y quinta central nuclear argentina serán construidas en el complejo Atucha, en la provincia de Buenos Aires. Así, el principal polo nuclear argentino tendrá cuatro usinas eléctricas atómicas. El proyecto para dos nuevas centrales está estimado en unos 14 mil millones de dólares.
El objetivo de los negociadores es cerrar el acuerdo por la cuarta central antes de las elecciones. Este proyecto, que forma parte del paquete nuclear que heredó la gestión Cambiemos, siempre estuvo proyectado para el complejo Atucha. Será una central de agua pesada, similar a las tres en funcionamiento. Una delegación de la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina SA (NASA) viajará en las próximas semanas a China para ultimar los detalles, que incluyen una disputa de 400 millones de dólares sobre el precio final.
La intención de la cartera de Energía, que dirige Juan José Aranguren, era que la quinta central argentina –y la segunda en asociación con China– se ubicaría en una zona poco desarrollada. Esta central, que también formaba parte del paquete que se comenzó a acordar durante la gestión de Julio De Vido, era un proyecto codiciado por varias localidades del interior y provincias oficialistas. Sin embargo, se apostó a un distrito opositor.
La intención, impulsada por el subsecretario de Energía Nuclear, Julián Gadano, era que además de la inversión que requería la central, se inyectaran 1.400 millones de dólares para proyectos de infraestructura. El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, había firmado un convenio en mayo con el Gobierno para que la quinta central (con un costo de unos 7.500 millones de dólares), la primera de agua ligera y la más avanzada del país, fuera construida en la localidad de Sierra Grande. Incluso tenía nombre: Sierra I.
Sin embargo, luego de sufrir una dura derrota en las PASO, el gobernador decidió volver atrás e informó hace dos semanas “la decisión de excluir absolutamente” a su jurisdicción de los planes nucleares. Esto despertó un enorme enojo en el Ejecutivo, especialmente del ministro Aranguren y el presidente Mauricio Macri, y un durísimo comunicado. El primer mandatario decidió congelar la relación con la provincia y dejó al titular de Interior, Rogelio Frigerio, como único responsable del vínculo con Weretilnek.
La medida obligó a redefinir los planes nucleares que se proyectan con la Corporación Nuclear China. Los empresarios orientales recibieron bien la noticia, porque siempre prefirieron hacer todos los proyectos en el mismo lugar. Macri había pedido que se cerraran los acuerdos comerciales en noviembre (luego se abrirá la negociación por la financiación, que lleva adelante la cartera de Luis Caputo). Se estima que el convenio se demorará hasta febrero, pero luego la construcción será más sencilla porque la zona ya cuenta con la mayoría de la infraestructura requerida.
La negativa de Weretilneck de levantar la central en Río Negro enojó a Macri