AUSTRIA A PIE
Dos circuitos de alta montaña recorren paisajes sobrecogedores del estado de Estiria. El del norte, el sendero Del Glaciar al Vino, cubre 548 kilómetros; el del sur, 382 kilómetros.
El estado de Estiria está empeñado en mostrar todas sus bellezas naturales. Por eso, trazó dos deslumbrantes rutas de trekking. La del norte cubre 548 kilómetros; la del sur, 382. Montes, lagos y cascadas.
De la estación de esquí en el monte Dachstein salen a la plataforma panorámica personas mayores y niños haciendo selfies. ¡A continuar! Todavía hay que caminar mucho en el nuevo sendero Del Glaciar al Vino, una ruta de 548 kilómetros en el norte del estado austríaco de Estiria. O 382 km, si se prefiere la versión corta en el sur. A un par de minutos andando desde la estación sólo se oye el murmullo del agua de deshielo de color turquesa de pequeños arroyos. “No vienen muchos todavía, pero sólo lleva dos temporadas abierta”, dice Günter Perhab, propietario de la Guttenberghaus, una cabaña alpina donde casi todos los senderistas entran para descansar un rato. Para el senderista egoísta, la falta de afluencia no es ningún inconveniente. A la mañana siguiente, la ruta está casi vacía, aunque pasa por un paisaje alpino de película. Entre pinos enanos y piedras calizas pálidas se extienden alfombras de rosas alpinas florecientes. Además, hay tantas flores multicolores diferentes que incluso Gerhard Resch no conoce todos los nombres. Normalmente, Resch, de 53 años, que parece un doble de Sean Penn, nunca
camina aquí con turistas. “¿Para qué se necesita aquí un guía de montaña?”, pregunta. Efectivamente, el único desafío consiste en no tropezar con una raíz cuando uno contempla el paisaje. Sin embargo, se necesita una buena condición física para subir al monte Stoderzinken. Rasch camina sobre una meseta calcárea agrietada. Sólo hay sombra debajo de algunos de los escasos pinos cembro, que anuncian el límite próximo del bosque. O una cabaña alpina, como la de Bodo Hell. El vaquero alpino a tiempo parcial es una celebridad local. Cuando Resch llama a la puerta, Bodo Hell está sentado en su cabaña espartana haciendo queso de cabra. Viste un pantalón abrochado en la rodilla de color verde militar que cubre el abdomen, una camisa a cuadros, calcetines que llegan hasta la rodilla y una gorra. Hell habla con entusiasmo de sus cabras, que atraen desde lejos a los criadores. Y de sus caminatas diarias, de hasta siete horas, para vigilar al centenar de vacas y un par de caballos en la gigantesca pradera alpina. No es fácil despedirse de Bodo Hell y su hogar, pero merece la pena, porque nos espera todavía la capilla Friedenskircherl, sumamente fotogénica, situada a una altura de 1.898 metros en el monte Stoderzinken. Los días siguientes, la caminata continúa por una meseta con lagos, las cascadas de Wörschachklamm, unas de las más bonitas de Austria, la orilla del río Enns, el convento de Admont, el parque nacional Gesäuse con sus montañas salvajes, las minas de Eisenerz, el monte Hochschwab, de 2.277 metros de alto, etc. “Desde luego que sólo unos pocos recorren toda la ruta”, dice Hannes Nothnagl. Este amante de la montaña, de 47 años, participó en el diseño de las ocho etapas de la ruta de senderismo por la Alta Estiria. No se construyeron nuevos caminos, sino que se enlazaron senderos existentes para conseguir el mayor efecto belleza. En la etapa que conduce a Leutschach, por el sur de Estiria, hay un viñedo en cada una de las pequeñas colinas empinadas, y una taberna que ofrece alojamiento. Quien quiera degustar un Chardonnay, un Moscatel o el excelente Sauvignon Blanc del viñedo Pößnitzberg debería dejar este placer para la última jornada de la caminata.
“Desde luego que sólo unos pocos recorren toda la ruta”, dice Nothnagl