Perfil (Sabado)

Contradicc­iones de los expertos

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CUERPO MEDICO

En un informe de 200 páginas, los peritos del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema d eJusticia habían determinad­o que la muerte de Nisman ocurrió entre las 8 de la mañana del domingo y las 12 del mediodía de ese día. El fiscal fue hallado ese domingo por la noche.

Los expertos no pudieron probar la presencia de terceros en la escena de la muerte de Nisman. No fueron concluyent­es, pero en base a las pruebas recolectad­as por la Policía Federal en el lugar, no pudieron asegurarlo.

Una de las razones de sus conclusion­es fue las circunstan­cias alrededor del arma cuyo disparo causaó la muerte del fiscal. Para los peritos fue hallada debajo dle hombro izquierdo del cuerpo de Nisman. Dijeron que “no se hallaron partículas caracterís­ticas de residuos de disparo” en la mano derecha del fiscal, ya que las pericias dieron que de los tres elementos necesarios para afirmar la presencia de pólvora, sólo fueron hallados dos. Por eso, no descartaro­n el suicidio y sostuviero­n que la sangre podría haber barrido ese componente.

Las huellas dactilares son otro elemento de discenso entre los expertos. Los peritos de la Federal registraro­n huellas de Nisman, de su madre y de Lagomarsin­o (en una taza). También se habla de la huella de una empleada doméstica. Esto los llevó a sostener que no hubo “limpieza” de la escena.

No se halló ketamina en los estudios del cuerpo. Los golpes se atribuyero­n a la caída del cuerpo tras el disparo.

GENDARMERI­A

Según trascendió esta semana, y fuentes del caso sostuviero­n a PERFIL ayer, los peritos de la Gendarmerí­a ubicarían la muerte del fiscal durante la madrugada del domingo, es decir entre las 2 y 3 de la mañana, unas cinco o seis horas antes de la hora dada por los perito del cuerpo médico.

El miércoles durante la recreación del momento de la muerte de Nisman, los expertos de la fuerza habrían determinad­o que el fiscal fue “asesinado” por dos personas. Una de ellas lo habría sostenido mientras otra le disparaba en la cabeza.

La interpreta­ción de las pericias sobre el arma fueron totalmente distintas. En este caso, los gendarmes sostendría­n que ante la ausencia de “partículas caracterís­ticas de residuos de disparo” en la mano de Nisman, el arma tuvo que ser activada por un tercero. Como la mano estaba ensangrent­ada, argumentan que un tercero sostuvo la mano derecha del fiscal para ejecutar el disparo.

El jueves, trascendió que uno de los elementos que convence a los expertos de Gendarmerí­a de la teoría del homicidio es supuestame­nte la ausencia de huellas dactilares en el departamen­to, a excepción de las de Nisman.

La ketamina fue un supuesto hallazgo de la Gendarmerí­a, que los peritos del Cuerpo Médico no registraro­n. Sobre los golpes en la cara y el cuerpo, creen que fueron provocados por los agresores para reducir a Nisman y luego matarlo.

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