La sonda Cassini se desintegró tras develar secretos de Saturno
La nave espacial terminó su expedición después de estudiar al sexto planeta del Sistema Solar y enviar imágenes por 20 años.
Tras trece años de servicios y el aporte de una enorme catarata de datos e informaciones novedosas sobre Saturno y sus satélites, ayer la sonda Cassini se autodestruyó. Y lo hizo a lo grande: precipitándose a 120 mil kilómetros por hora en la atmósfera del planeta que estudió hasta el final, cuando el calor de la fricción redujo todos sus componentes a fino polvo.
Así culminó un ambicioso proyecto de exploración espacial, que le costó a la NASA y a la Agencia Espacial Europea, casi US$ 3.900 millones. La sonda fue lanzada en 1997 a un largo viaje de siete años por el espacio, hasta llegar a su órbita de observación alrededor de Saturno luego de un trabajo de observación incansable.
Durante los trece años de su vida útil registró y envió a la Tierra más de 453 mil imágenes y 635 GB de información precisa sobre Saturno y sus lunas, datos que les permitieron a los científicos de 27 países del mundo ligados a esta misión concretar decenas de descubrimientos, elaborar más de 3.900 papers y confirmar ideas y teorías sobre el Sistema Solar que hicieron avanzar, muy fuertemente, el conocimiento relacionado con el más vistoso planeta del Sistema Solar.
La señal del final emitida por Cassini, sonda que pesaba 2,5 toneladas, y con un tamaño similar a un pequeño bus de pasajeros, llegó al centro de control de misión del Jet Propulsion Laboratory, de la NASA, exactamente 83 minutos después de su destrucción final, ya que es el tiempo que les toma a las ondas de radio que viajan a la velocidad de la luz para recorrer la distancia desde la órbita de Saturno hasta las antenas de la Tierra.
Argentina también tuvo su participación en esta misión. El doctor César Bertucci, un científico argentino asociado al equipo de obser- vaciones del mag- netómetro de Cassini, fue el único investigador con residencia en un país de Sudamérica.
“Mi tarea durante años se relacionó con el procesamiento, análisis e interpretación de datos obtenidos por el magnetómetro de Cassini sobre Titán, la más famosa de las ‘lunas’ de Saturno. También intervinimos en las tareas de planificación de otras observaciones sobre Titán, que se realizaron desde el año 2008 en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio de la UBA y el Conicet”.
La de Bertucci no fue la única contribución de Argentina a esta misión. “Algunos de los numerosos datos enviados a la Tierra desde la sonda fueron ‘bajados’ por las antenas de la estación DS3 en Malargue, Mendoza”, explicó Stanislav Makarchuk, responsable de la cooperación en Proyectos Internacionales de Exploración en la Comisión Nacional de Actividades Espaciales.
La misión, aunque ya no existe, dejó su legado. De hecho, Mathew Owens, profesor de Física Espacial en la Universidad de Reading, vaticinó: “Sin duda los científicos estaremos analizando la información de su viaje final en la atmósfera de Saturno durante los próximos años”.