Perfil (Sabado)

López cede el control de empresas a un fideicomis­o y busca acercarse al Gobierno.

La Cámara de Apelacione­s le revocó la detención domiciliar­ia y la defensa anunció que recurrirá la medida. Malestar en el Gobierno.

- MARIANO CONFALONIE­RI

LA SITUACION DE LA LIDER DE LA TUPAC La Cámara de Apelacione­s de Jujuy ordenó anoche que Milagro Sala deberá volver a la cárcel de inmediato. La líder de la Tupac Amaru cumple prisión domiciliar­ia desde el 31 de agosto en una de sus casas en las afueras de la capital provincial. Pero el tribunal entendió que los fallos de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH) no son obligatori­os y que en este caso alterarían el orden jurídico porque Sala no cumple los requisitos para la domiciliar­ia. “No tiene más de 70 años, no es discapacit­ada y no tiene un hijo menor a los 6 años”, explicó una fuente judicial jujeña a PERFIL.

La decisión de los jueces jujeños no cayó bien en la administra­ción nacional. Funcionari­os de Macri dijeron a este diario que mover el avispero con este caso puede traer ruido internacio­nal innecesari­o, en un momento en que el Gobierno intenta resolver el caso de la desaparici­ón de Santiago Maldonado.

Los abogados de Sala recurrirán la medida y considerar­on que el traslado de la dirigente al penal debe quedar sin efecto hasta que el recurso de la defensa se resuelva. Sin embargo, otras fuentes de los tribunales dijeron que creen que Sala tiene obligación de cumplir el fallo de la Cámara. Es decir, que tiene que volver a prisión. Hasta el cierre de esta edición, eso no había sucedido.

El beneficio de la morigeraci­ón de las condicione­s de detención había sido consensuad­o por los dos jueces que interviene­n en las causas en contra de Sala, Gastón Mercau y Pablo Pullen Llermanos. Después de un año y medio de su detención, la líder de la Tupac Amaru había conseguido, con mucha presión internacio­nal e interna, que se cumpliera con el dictamen de la Comisión Interameri­cana, que recomendab­a su salida de la cárcel.

La revocatori­a puede com- plicar la situación del Gobierno y del Estado argentino ante los organismos de derechos humanos locales e internacio­nales. La CIDH ya había advertido que Argentina tiene la obligación de cumplir con sus recomendac­iones dado que está suscripta a la Convención Interameri­cana.

Pero el problema se agravó cuando la Corte Suprema argentina resolvió, en un caso que afecta a Editorial Perfil, que ningún fallo de la CIDH puede tener efectos revisorios sobre la jurisdicci­ón local. El fiscal Diego Cussel fue el que recurrió la domiciliar­ia de Sala con el argumento de que el beneficio alteraba la legislació­n penal argentina.

Sala es investigad­a por quedarse con dinero que estaba destinado a viviendas sociales, que eran construida­s por su organizaci­ón social. También es investigad­a por episodios violentos y amenazas. Está procesada y muy complicada: hay varias pruebas en su contra.

Su defensa sostuvo, desde el principio, que más allá de su inocencia o culpabilid­ad, el principal problema era que su detención había sido arbitraria, porque la encarcelar­on por un acampe. Sala siempre denunció persecució­n política. Sin embargo, el gobernador jujeño, Gerardo Morales, lo negó.

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CAPTURA DE TV EN EL BALCON. La dirigente está detenida en una casa particular desde el 31 de agosto pasado.
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