La ganadería requiere condiciones para invertir
En los últimos 20 años e independientemente de ciclos secos y húmedos, las napas freáticas estuvieron ascendiendo a razón de 20 centímetros por año. Especialistas indican que, con el cambio de rumbo económico, la recuperación de terreno para la ganadería puede tener un impacto favorable para implantar cultivos que mejoren el balance hídrico. Incluso puede ser un principio de solución para las “malezas problema” de la agricultura.
Sin embargo no es “soplar y hacer botellas”. El achicamiento general de la ganadería argentina que comenzó en los primeros años de este milenio no solo implicó un cambio de manera de encarar el negocio agropecuario, también los hizo desde el punto de vista social, ya que esta actividad implica hacer y mantener alambrados, aguadas, tener personal encargado en el campo para llevar a cabo las tareas diarias que require la actividad. Además, los ciclos ganaderos son de mediano y largo plazo con respecto a la agricultura, ya que pasa mucho tiempo sin ingresos desde que nace el ternero hasta que se lo engorda y se vende. El cambio de rumbo económico, que va por su segundo año, ha generado un nuevo aliento para la producción de carne y eso se está viendo reflejado en los números de producción, exportación y exploración de nuevos mercados. Para recuperar todo lo que implica el sistema ganadero desde los animales hasta el personal, hace falta apoyo financiero, pero las tasas de interés que ofrece el mercado todavía no están acordes con las necesidades, de acuerdo con el comentario de los técnicos especializados en el tema. Por ello reclaman que el gobierno envíe señales para que las entidades bancarias acomoden su oferta crediticia y los ganaderos puedan invertir.