La cadena forestal busca más competitividad
“Estamos iniciando esta Mesa porque el sector forestoindustrial tiene uno de los potenciales más altos de desarrollo”, dijo el Presidente Mauricio Macri en la bienvenida el pasado 19 de septiembre en el Salón en el cual recibió a representantes de la Cadena. Este apoyo político es para nuestro sector especialmente importante.
Los efectos de demonización que tuvo el conflicto por la inversión de Botnia en Uruguay sobre el sector de celulosa y papel atrasaron las inversiones en toda la cadena de valor foresto-industrial en el país por, al menos, 10 años. No podemos permitir que este efecto permanezca en el tiempo. Quedó claro en la reunión, que la
“El 50% de los costos de la cadena
condición necesaria (aunque no suficiente) para aumentar las exportaciones y revertir el déficit sectorial en la balanza comercial (700 millones de dólares), es mejorar la competitividad.
Por ende, los costos de transporte y logística aparecen como uno de los factores que dejan a los productos forestales fuera de los mercados internacionales.
Para el sector, en que el 50% del costo está vinculado a logística y transporte, el desarrollo de un sistema multimodal, que combine camión, tren y barcaza con una buena infraestructura en caminos, rutas y puertos es imprescindible. Entendemos que llegar a un sistema integral y eficiente llevará su tiempo.
Por ello, es importante apurar aquellas medidas que pueden dar una respuesta rápida, en particular, habilitar el uso de los bitrenes y reducir los costos del uso de barcaza en puertos argentinos. Nos llevamos la promesa que muy pronto veremos circular a los bitrenes por la rutas argentinas.
El Presidente no se equivoca al identificar al sector foresto-industrial como aquel que puede aportar empleos y oportunidades de desarrollo. El país tiene déficit de viviendas, la construcción con made- ra puede brindar una respuesta rápida con al menos, 50.000 viviendas anuales; Argentina tiene déficit energético, y la biomasa forestal puede proveer de chips y pellets tanto para energía eléctrica como térmica favoreciendo la matriz renovable nacional. Principalmente, los productos de base forestal con gestión sostenible son renovables, reciclables y colaboran en la mitigación del cambio climático.
Es inexplicable que en un país en el cual se observan productividades forestales de las más altas de mundo y que tiene posibilidades de expansión que permitirían triplicar el patrimonio forestal actual, tengamos uno de los consumos de madera más bajos y un déficit histórico en la balanza comercial. A partir de ahora una vez consensuado el diagnóstico, nos resta definir si permanecemos como hasta el momento o nos lanzamos a ser un país foresto-industrial en serio. * Presidente de la Asociación Forestal Argentina (AFOA)