La importancia de la agroecología para crecen en áreas periurbanas
“La agricultura periurbana agroecológica puede ser un pilar del desarrollo, además de una opción válida para la obtención de alimentos en calidad y cantidad. A la vez incorpora acciones sociales colectivas de carácter participativo, permite el sistema de diseños agrícolas sostenibles y resilientes”, afirmó Beatriz Zumalave Rey, investigadora del INTA AMBA, en la VI Jornada Universitaria de Ciencias Agrarias en la Facultad de Agronomía de la UBA.
La investigadora ponderó la necesidad de que se logre un equilibrio entre la gestión y la legislación. “Es necesario lograr un equilibrio entre lo económico y lo ambiental sino los daños que pueden generarse son muy importantes y a escala global. Y en esto no debe haber fracturas porque lo que está comprometido es la salud de las personas”.
En cuanto a la naturaleza de la transición agroecológica aseguró que, según la Red Agroecológica REDAE de INTA, la naturaleza de abordaje de estos sistemas es interdisciplinaria (ecología, agronomía, etnobotánica, sociología, biología, etc), multidimensional (ambiental, socio-cultural, económica política, considerados equilibradas y simultáneamente) y multiescalar (nacionales, regionales, locales, prediales). Zumalave Rey dijo que “la ciencia tiene permanentemente una carrera de postas donde estamos todo el tiempo en transición, todo el tiempo debemos trabajar para construir algo superador”.
“Y desde la transición agroecológica –recordó– podemos colaborar desde cuatro elementos clave: aumento de la autonomía de los sistemas, lograr sistemas de bajo riesgo, optimizar recursos, lograr la agrodiversifcación. En este sentido ya contamos con experiencias agroecológicas en el periurbano.”
Hay experiencias en este sentido. En el informe técnico de Centro Regional Buenos Aires Norte del investigador Jorge Ullé, se describen 56 experiencias agroecológicas todas ellas documentadas. “La agroecología es clave para evitar el uso de agroquímicos en los periurbanos”, señaló. En horticultura, analiz que, si se estima que la superficie que suman las unidades productivas del Programa Prohuerta (60 mil huertas agroecológicas) en todo el AMBA, alcanza las 400 hectáreas, entonces el volumen estimado de producción de hortalizas frescas por año es de unos 22 millones de kilogramos para consumo directo. Así lo expresa la Publicación de la Estación Experimental Agropecuaria AMBA “Agricultura urbana y periurbana en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Para la investigadora “estaríamos en condiciones de proveer en el AMBA el 50 por ciento de los requerimientos alimenticios de verduras que necesita cada persona”.
Gustavo Tito, director del INTA AMBA, resume que se puede considerar la posibilidad concreta de producir en forma agroecológica y estable vid, frutales, hortalizas, agricultura y ganadería, sentan do bases sólidas, científicas y tecnológicas para que una producción amigable con el medio ambiente sea posible. Estudios de técnicos del INTA marcan que las producciones agroecológicas igualan y mejoran a las convencionales a partir del quinto año de tra- bajo con todos los beneficios que ésta forma de producir nos brindan. De aquí que Zumalave Rey concluye que es posible remplazar insumos inorgánicos convencionales por tecnología de procesos con iguales o mejores rendimientos mediante propuestas económicas más deseables y sustentables. “Estos elementos colaborarán en la estructura del suelo, en la disminución del impacto ambiental, en el aumento de la fertilidad, en la mejora de la calidad de los alimentos y en la salud de las personas”, ratificó la técnica del INTA AMBA.
“El Prohuerta en el el AMBA alcanza las 400 hectáreas y un volumen de 22 millones de Kg”.