LIVIN’ LA VIDA LOCA
Antes de que llegara “el flower power”, las playas y bares de la más visitada de las Islas Baleares ya eran el refugio secreto de los magnates. Atrae a ricos y bohemios por igual.
Antes que los hippies de los años 60, el Príncipe Rainiero y Aristóteles Onassis ya visitaban Ibiza. Hoy sigue siendo un destino dual: para
outsiders y famosos.
AJuanito Mari le encanta contar la historia de Las Dalias, el mercado hippie más famoso de las islas Baleares, que al mismo tiempo es la historia de su familia. “Las Dalias es un estado de ánimo”, sentencia a las diez de la noche mientras una banda de música etno toca en medio de los 200 puestos del mercadillo nocturno. En el puesto de mojitos se ha formado una cola. El bar, que pertenece al mercadillo hippie, lo fundó su padre, Joan, en 1954 para los campesinos de la zona y para los habitantes de Sant Carles. Sería el comienzo de una leyenda, aunque nadie lo sospechaba en aquel entonces. En aquella época aún no había mucho turismo. Sólo algunas celebridades, como el príncipe Rainiero de Mónaco o el naviero griego Aristóteles Onassis, viajaron en algunas ocasiones a esta isla salvajemente romántica con sus pinares, costas acantiladas y bahías de color turquesa. Todo cambió en la década de los 60, mucho antes de que el jet set internacional eligiera la isla como su destino favorito. Los primeros en descubrir Ibiza fueron los “peluts” (peludos), tal como llamaba la población local a los