El vínculo con el jefe de los espías
Amigo íntimo de Macri desde los tiempos de Socma y de Boca Juniors, Gustavo Arribas también eligió contratar al abogado del presidente. Frente a una de las denuncias por corrupción más incómodas contra un funcionario del Gobierno, Alejandro Pérez Chada fue el encargado de limpiarlo judicialmente. En pocos meses logró que el juez federal Rodolfo Canicoba Corral sobreseyera al director de la Agencia Federal de Inteligencia. Arribas estaba acusado de haber recibido coimas por parte de la constructora brasileña Odebrecht, dentro del escándalo conocido como Lava Jato. Si bien no se cruzaron en los 90, Pérez Chada y Arribas tienen un antecedente en común: la representación de jugadores de fútbol. Recibido de escribano, el jefe de la AFI se dedicó a la compra y la venta de futbolistas durante varios años, incluida la muy polémica transacción (investigada por lavado) del delantero Carlos Tevez desde Boca hacia el Corinthians. En 2002, Pérez Chada hizo el curso necesario, pagó un seguro y se inscribió en la AFA como negociador de jugadores. Pero no llegó a concretar ninguna operación. Y en 2011 renunció a cualquier pretensión de explorar ese negocio: la AFIP le bloqueó preventivamente el CUIT, ante una investigación general sobre presuntas evasiones fiscales en las triangulaciones de los pases.