Rebota el consumo, pero llegan nuevos aumentos
La recuperación económica estaría empezando a llegar al consumo popular, según muestran algunos indicadores del supermercadismo, tanto de las cadenas de la comunidad china como en la percepción de las principales firmas de híper y supermercados del país, aunque algunos todavía se ven en caída.
La Cámara de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático, que agrupa a supermercados y autoservicios a cargo de ciudadanos de origen chino, informó que las ventas de gaseosas, bebidas alcohólicas y lácteos aumentaron el 5% intermensual en septiembre.
La Cedeapsa indicó en un comunicado que “aunque la suba de venta de esos rubros se trata de una buena noticia, la cifra viene acompañada por el estancamiento de la comercialización de productos como galletitas, harina, fideos, polenta, envasados, latas de tomate, productos de limpieza y de tocador”.
Según la Cámara, “los consumidores ya no se inclinan demasiado hacia las primeras marcas y su racionalidad los hace recalcular para llevar productos de segundas y terceras marcas de las góndolas de su supermercado más cercano: a la hora de elegir son mucho más minuciosos al delimitar costos y beneficios”, señaló la entidad.
Semanas atrás, el dueño de La Anónima y dirigente de la Asociación de Supermercados (ASU) había dicho en PERFIL que preveía también que en septiembre el consumo tocara piso, después de caídas en volúmenes en las ventas durante todo el año.
Pero una incógnita atrapa el pronóstico de los principales analistas: la recuperación leve del consumo de bienes masivos puede cortarse cuando lleguen los aumentos del último trimestre; es que se prevén subas de naftas del 10% en promedio, un ajuste de luz y otro de gas, y quizá a comienzos de 2018 un salto, menor, en los boletos de trenes, subtes y colectivos. Pobreza. En tanto, los datos de consumo conviven con la persistencia de una inflación por arriba de las previsiones oficiales. La Canasta Básica Total (CBT) que marca el límite de la pobreza aumentó en septiembre 2,5 por ciento, en tanto la Alimentaria (CBA) que determina el tope de la indigencia registró un incremento del 3,8 por ciento, el más alto del año, de acuerdo con las mediciones dadas a conocer hoy por la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).
En los dos casos se revirtió la tendencia decreciente de los últimos doce meses, ya que en el caso de la pobreza se pasó del 18,6 al 21,9 por ciento y en el de la indigencia del 17 al 19,4 por ciento.
Según FIEL, la CBA para una familia tipo de la Ciudad de Buenos Aires tuvo en septiembre un costo de 6.056 pesos y la CBT de 13.878 pesos.
“En relación con septiembre del año pasado, se requieren 2.493 pesos mensuales adicionales para que una familia tipo cubra el costo de la CBT”, destacó la entidad.