Diplomacia coreana. Histórico acercamiento de los países al inaugurarse los Juegos de Invierno.
Una histórica y emotiva ceremonia abrió ayer los Juegos Olímpicos de Invierno de PyeongChang, en Corea del Sur, donde se escenificó el acercamiento de las dos Coreas con su desfile conjunto bajo una sola bandera y la inédita presencia de altas autoridades norcoreanas. La unión de los dos países, enfrentados desde 1945 y técnicamente aún en guerra, captó la atención mediática durante la inauguración y generó la ovación de los 35 mil espectadores presentes en el estadio.
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, estrechó la mano de Kim Yo-jong, la hermana del dictador coreano Kim Jong-un, la primera integrante de la dinastía comunista en viajar al Sur. En el mismo palco, estaban también líderes políticos que hace unos meses no se habrían sentado junto a autoridades norcoreanas: el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe. Ellos fueron invitados por Moon, uno de los principales artífices del deshielo olímpico intercoreano.
Bajo una bandera con la península coreana en azul sobre un fondo blanco y liderados por la jugadora norcoreana de hockey sobre hielo Hwang Chung-gum, y el piloto surcoreano de bóbsled Won Yun-jong, 144 deportistas del Sur y 22 del Norte desfilaron unidos, una imagen que no se veía en unos Juegos desde Turín 2006.
A continuación, los organi- zadores interpretaron el Arirang, una canción tradicional coreana que es considerada el himno no oficial de los dos países y que narra la dramática historia de dos amantes que se separaron. Ese momento simbolizó la emoción y el dolor de miles de familias que quedaron a un lado y al otro del Paralelo 38, la frontera entre el Norte comunista y el Sur capitalista.
El palco de autoridades también captó la atención del público. Allí, se sentaron en primera fila el presidente Moon