Daer y West Ocampo, juntos contra Moyano
La marcha de Camioneros ya tiene fecha, horario y lugar confirmado. Será el 21 de febrero a las 15, en la intersección de las avenidas 9 de Julio y Belgrano. También están definidas las organizaciones sindicales, sociales y políticas que sumarán manifestantes. Según los organizadores, el impacto está ya garantizado por el número que convocarán. Prometen que será la marcha más multitudinaria contra la gestión de Mauricio Macri. Con estos datos en la mesa, aún hay un tema que causa gran preocupación en el comando de Camioneros: la seguridad y el riesgo de que ocurran incidentes.
La próxima semana, Pablo Moyano, que concentra el rol de coordinador con el resto de los sectores, mantendrá una serie de reuniones con representantes de todas las organizaciones adherentes para garantizar una marcha ordenada y sin sobresaltos. En paralelo, su padre, Hugo Moyano, salió a ventilar el temor de que haya “infiltrados” y calentó la previa de la marcha responsabilizando de antemano al Gobierno por cualquier incidente que ocurra. Los dos saben que el impacto de la movilización puede llegar a ser opacado por cualquier situación de violencia que suceda.
Los antecedentes para preocuparse sobran. El 22 de agosto último, una moviliza- ción de la CGT –que terminó siendo monopolizada por el moyanismo– fue escenario de enfrentamientos entre grupos violentos. Todos ellos eran de Camioneros, según se pudo ver en todas las imágenes y videos del acto. Quedó para el recuerdo la imagen de un voluminoso militante camionero, con su pechera verde, y una cruz de los veteranos de Malvinas como arma en su mano. Unos meses antes, en marzo, otro acto sindical terminó con la invasión del palco y el robo del atril histórico de la central. En los dos casos, la seguridad estaba a cargo del sindicato de Camioneros.
Otro antecedente que preocupa es el de diciembre y las marchas de protesta contra la reforma previsional. En estos casos, los incidentes no