El nuevo gobierno alemán no asumió y ya está en crisis
El nuevo gobierno alemán –una “gran coalición” liderada por Angela Merkel– aún no asumió formalmente y ya tuvo su primera gran crisis: Martin Schulz, líder de los socialdemócratas, renunció ayer a asumir la cartera de Relaciones Exteriores, como estaba previsto.
Schulz enfrentaba duras críticas de su propio partido, el SPD, por reclamar la cartera ministerial a pesar de haber prometido a fines de 2017 que jamás ingresaría en un gobierno de la canciller conservadora.
El temor a que la oposición que tiene en la militancia socialdemócrata se pronunciara en contra del acuerdo, sellado esta semana tras difíciles negociaciones, pesó más que la voluntad de Schulz de ser ministro. Los militantes del SPD votarán sobre el acuerdo entre el 20 de febrero y el 2 de marzo.
“Los debates sobre mi persona amenazan el éxito de la votación. Por lo tanto, a través de la presente declaro que renuncio a entrar al gobierno”, dijo Schulz en una carta que
divulgó. Palabras. El jefe del SPD, que llevó al partido a su nivel más bajo en las elecciones de sept iembre del año pasado, fue atacado en duros términos el jueves en la noche por su predecesor en la formación y actual ministro de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel.
“Lo que queda es solamente el arrepentimiento de ver hasta qué punto en nuestro partido actuamos con poco respeto los unos contra los otros, y ver
Schulz había prometido que nunca sería parte de un gobierno de Merkel
qué poco o nada vale la palabra”, afirmó Gabriel.
Schulz ya había dimitido el miércoles del liderazgo del SPD, un año después de su regreso a la arena política nacional con la ambición de des- tronar a la canciller Merkel.
La salida de Schulz complica aún más a Merkel, que recibe solo críticas desde el anuncio de un acuerdo de coalición luego de cuatro meses de incertidumbre poselectoral.
Varios altos cuadros de su propio partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la acusan de haber hecho demasiadas concesiones a los socialdemócratas con el único objetivo de evitar elecciones anticipadas y mantenerse en el poder un cuarto mandato.
L os democristianos aún deben aprobar el acuerdo en un congreso el 26 de febrero. Es poco probable que no se apruebe, pero los mil delegados podrían reservar a Merkel un áspero debate al que no es- tá acostumbrada.
El SPD sufrió una dura derrota en septiembre, pero en el nuevo gabinete ocupará los ministerios de Justicia, Relaciones Exteriores y Finanzas, mientras que la CDU solo tendrá Economía y Defensa.
Desde el anuncio de acuerdo, la prensa alemana es casi unánime en percibir en estas turbulencias el declive de la canciller, confrontada al desgaste de su poder.
“A ngela Merkel lo logró, seguirá siendo canciller si los miembros del SPD votan por el acuerdo de coalición. Pero su despedida del poder comenzó, y por lo tanto también el debate sobre su sucesión”, escribió el influyente semanario Der Spiegel.