Un arma de doble filo
Desde diciembre el peso comenzó una escalada de devaluación con respecto al dólar que por un lado es un beneficio para el sector agropecuario ligado a la exportación, ya que con buenos precios de los granos mejora la ecuación económica. El año pasado, a pesar del tipo de cambio atrasado, muchasempresas fabricantes de maquinaria agrícola volvieron a exportar sus productos, por lo tanto esta devaluación les viene “como anillo al dedo” para seguir en esa senda que les permite no depender solamente del mercado interno para colocar sus productos. En general, los empresarios afirman que es muy difícil que los mercados interno y externo tengan problemas al mismo tiempo.
La devaluación también tiene otra cara, que es la del aumento del precio de los insumos importados, uno de los componentes de la cadena en los costos de fabricación. Por lo tanto, la mayoría de los empresarios coinciden en que si la devaluación además se traslada a los otros costos internos, la que hoy es una ventaja se perdería.
Desde que cambió el modelo económico ligado al sector agropecuario, aumentó la producción de granos y con ésta la demanda de equipos, con el consiguiente repunte de la capacidad instalada de empresas que además compiten en algunos rubros con grandes jugadores de origen multinacional. El crecimiento de este sector de la economía argentina genera mucho trabajo directo en todo el país, no solo para las comunidades donde están instaladas las fábricas sino también en aquellas donde tienen sus concesionarios con vendedores, asistentes técnicos, etc. Si la inflación no acompaña en la misma medida a la devaluación, habrá un nuevo viento de cola para vender más maquinas adentro y afuera.
“Las fábricas de maquinaria generan trabajo directo en las comunidades”.