Falta de lluvias y enfermedades son limitantes para el avance del maíz
Se han alcanzado las 5,4 millones de hectáreas sembradas y se esperan ansiosamente las precipitaciones para llegar a 40 millones de toneladas.
La campaña de maíz avanza con signos de interrogación por lo que pueda pasar con las lluvias tan necesarias para el crecimiento del cultivo. En ese sentido, Alberto Morelli, presidente de Maizar comentó a PERFIL: “Estamos en un año complicado climáticamente, tuvimos inicialmente retrasos en la siembra en NEA y NOA, donde se ha terminado de sembrar y se va a cumplir con las 5,4 millones de has que planteaba la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Se ha sumado un panorama heterogéneo en dispersión de lluvias, creo que en poco tiempo tendremos una idea clara de cuál fue el efecto final, porque hay zonas donde ha llovido muy bien y en otras muy mal con poca distancia geográfica, pero diría que estamos abiertos a que si ocurren lluvias en los próximos días podríamos llegar a las 40 millones de toneladas que pensábamos”.
Además del climático, otro aspecto a tener en cuenta es el panorama sanitario, con la incidencia de enfermedades como la roya, el tizón y la mancha blanca, entre otras. Según Morelli, “es muy impórtante ver el tema de enfermedades, porque gracias a la biotecnología pu- dimos avanzar hacia siembras más tardías, pero las enfermedades se comportan de manera distinta. Por eso hay que tener una nueva visión, 15 años atrás no se pensaba en el uso de fungicidas”.
En el “Simposio de Enfermedades de Maíz” organizado por la empresa BASF, el fitopatólogo de la Fauba Marcelo Carmona sostuvo que “necesitamos una mejor comprensión del funcionamiento fisiológico del maíz, los maíces tardíos están representando un 60% de la superficie”. Carmona comentó que hay un cambio en la intensidad de las enfermedadesy habrá cada vez más. “Estamos llevando materiales seleccionados en siembras tempranas a tardías bajo un escenario climático distinto. La calidad ambiental para el llenado es
“En siembras tardías las enfermedades se comportan de forma distinta”
pobre en las siembras tardías y por eso los rendimientos están achatados, aunque asegurados de alguna manera. Por eso hacemos hincapié en la necesidad de hacer monitoreo, el momento de aplicación de fungicidas y umbrales”.
Aimar Pena, gerente de cultivo de Maíz de BASF, para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia, añadió que “la ingormación que tenemos de los últimos 6 o 7 años es interesante, sabemos que hay un contexto con aspectos que tienen que ver con la selección de híbridos, el ambiente en el que se desarrolla y la presión del clima está sioendo bastante impactante y la presión de enfermedades ha ido en aumento. Nosotros tenemos testeos de uso de fungicidas nuestros como el Opera donde vemos que hay una respuesta en kilos muy marcada”.
Acerca del uso de fungicidas para el combate de enfermedades del maíz, Pena describió que es un mercado que se ha estabilizado en el 8% de adopción de este tipo de productos en nuestro país. “Creemos que si la Argentina quiere tomar el liderazgo en la exportación maíz (hoy está peleando el segundo escalón en el podio de exportadores de maíz a nivel mundial) pasando a Brasil y alcanzar a los Estados Unidos, debemos saltar a un 20% de adopción de fungicidas, que es el porcentaje que tienen los Estados Unidos. En Brasil hay entre 60 y 80% de adopción, pero en la pirámide de uso de fungicidas hay mayor susceptibilidad a enfermedades por los híbridos tropicales y un clima más intenso con una tasa de virulencia mayor, pero creemos que es un desafío para el productor argentino salir del actual 8%”.