“La devaluación beneficia la exportación de maquinaria”
Ignacio Tanzi, presidente de la empresa Tanzi, analiza las perspectivas del mercado de máquinas agrícolas en el comienzo de este año.
Ignacio Tanzi, como sucede en muchas fábricas de maquinaria agrícola argentina, preside la empresa familiar que ya tiene más de 50 años y, desde hace más de 20, es referente en sembradoras con sistema de conducción air drill. El presidente de la firma conversó con PERFIL sobre la marcha del mercado y las perspectivas para esta campaña de ventas.
—¿Cómo ha sido el arranque de 2018 en la venta de maquinaria agrícola?
—El año pasado fue muy bueno para nosotros, cerramos un incremento en sembradoras del 60%, algo excepcional. Esperamos que 2018 también sea muy bueno. La devaluación del peso que comenzó en diciembre de un 15% incide directamente en el precio de los cereales. Con los precios de los cereales que tenemos hoy, pensamos que vamos a tener buenos precios para competir con la maquinaria importada si se mantiene la paridad cambiaria y no hay una alta inflación.
—¿El ánimo del productor es bueno?
—El movimiento de compras para la siembra empieza a moverse a mediados de febrero. Estamos expectantes con el trigo. En lo único que tenemos un poco de incertidumbre es con las líneas de crédito, pero tengo entendido que el Banco Nación mantendrá una línea como la que tenía el año pasado con tasas de 14,5 a 15,5%, que son muy convenientes para el productor agropecuario.
—¿En cuánto incide la posibilidad de comprar con crédito favorable?
—La financiación es determinante para las ventas de maquinaria agrícola, el 90% de las operaciones se hacen a través de préstamos banca- rios. También nosotros tenemos flexibilidad para financiar directamente de fábrica con plazos más cortos, de un año. Para una máquina de esta magnitud siempre es necesario un préstamo para poder acceder a ella.
—Además del mercado interno, están haciendo ventas de sembradoras a mercados del exterior?
—El año pasado volvimos a exportar, no fue excepcional pero por lo menos se reactivó. Quiero decir que pasar desde cero a volver a vender al exte- rior nos pone muy contentos. Hemos exportado máquinas a Uruguay y Bulgaria, así que estamos expectantes. Nos ha beneficiado bastante la devaluación y esperamos que podamos seguir siendo competitivos.
—¿La devaluación puede ser un arma de doble filo?
—El tipo de cambio estaba atrasado y hoy estamos más o menos acordes, pero asustan los aumentos, porque la chapa aumentó un 15% desde fines de diciembre y uno piensa que lo que pudo haber ganado con la devaluación se lo llevan los insumos. Esperemos que los otros insumos se puedan mantener en el tiempo para no perder la ventaja que tenemos.
—¿Cómo hace una empresa de origen familiar para mantenerse más de 50 años con los altos y bajos de la economía argentina?
—Hemos pasado todas las épocas, buenas y malas. Hace diez años que estoy en la fábrica y recuerdo el gran bajón del año 2008 con el conflicto por la resolución 125, después de un año excepcional de ventas. De las crisis uno saca cosas buenas y malas, lo que me deja siempre es buscar un crecimiento sostenido. Después de un año bueno o excepcional como el pasado no intentamos expandirnos “a lo loco”, porque luego es difícil acomodarse a los años malos.
“El tipo de cambio estaba atrasado y hoy estamos más acordes para competir”.