Perfil (Sabado)

Los ‘ángeles de Charly’ detrás de su regreso sorpresa al escenario

Se presentó de forma sorpresiva. Graciela Borges, Zorrito von Quintiero, José Palazzo, Nora Lezano y Nicolás Cuño cuentan cómo es ser sus incondicio­nales.

- AGUSTIN GALLARDO

En 30 minutos, 1.700 entradas agotadas. Locura total impartida por el –quién si no– ícono viviente del rock. Charly García, 66 años, y las ganas de seguir tocando para su público, hoy de todas las edades, que “sufre” cada vez que tiene que competir en una especie de carrera contra el tiempo para poder ver a su ídolo arriba de un escenario. Al igual que casi hace un año, el músico volvió a usar esta modalidad no apta para cardíacos: anunció el show en las redes, sin prensa y unos días antes. Si de analogías se trata, el show en el teatro Coliseo fue eso, un electrosho­ck manifestad­o con su presencia y la puesta visual que hizo referencia al ingeniero Nikola Tesla.

Arrancó con el clásico Insitucion­es. Tocó temas de Random, su último disco, y también “de las que sepamos todos”, como Promesas sobre el bidet, Demoliendo hoteles, Funky y Los dinosaurio­s, entre otras.

Detrás de este gran artista, están sus incondicio­nales, aquellos que lo apoyan tanto desde la producción como en lo afectivo. Sin dudas, uno que lo vive bien desde adentro es Fabián “Zorrito” von Quintiero, uno de los músicos que lo acompañan desde hace ya varios años. “Fue un show tremendo. Desde el momento en que se empezó a gestar y cómo se dieron los ensayos. Hubo buena vibra. El jueves buena onda, él estaba tranquilo, de buen humor, concentrad­o y atento a cantar”, cuenta Von Quintiero a PERFIL. “Todo fue alegría, él estuvo con sus seres queridos. Trabajar en esto es una caricia a un tipo que nos dejó todo para que el rock sea lo que es”, dice por su parte a PERFIL José Palazzo, mánager y productor de este Charly que estamos viendo.

Pero, ¿cómo es este Charly? “Es Charly en estado puro, es el Charly a esta altura de la vida, tranquilo, sin nervios. Es algo novedoso. Estuvo ahí, como domando la parada, tirando buena onda a todos, sin fastidio”, agrega el Zorrito. A sus allegados no les gusta hablar del tema, pero el Charly que estamos viendo, aquel capaz de subirse a un escenario y tocar 90 minutos, también es un Charly con una salud que tiene sus altibajos. “Estuvimos preocupado­s por él y ahora está muchísimo mejor”, suelta a PERFIL su amiga Graciela Borges, otra de las presentes el jueves en el back junto a Fito Páez, su compañero de ruta, y los Ortega, parte de su familia a esta altura. “Ver a Charly es volver al corazón –sigue Borges–. Es mi amigo desde tantos y tantos años, fue un honor poder abrazarlo y escucharlo arriba del escenario. Yo hablo siempre con él pero verlo tocar es alegría completa para un amigo tan amado”.

Otra que aparece ahí, en ese núcleo primario, es Nora Lezano, la fotógrafa que supo

retratarlo durante varios años y que hoy disfruta de su compañía desde otro lado. “Charly es el músico al que más fotografié. Y cuando no lo fotografío, estoy ahí cerca, visitándol­o, riéndome con sus chistes, mirando pelis de Kubrik, cuidándolo, tomándonos un amaretto. Amo a Charly García. Mucho. Crecí con su música y tuve la suerte de vincularme afectivame­nte con él”, dice a PERFIL Lezano, quien también disfrutó del show del jueves. “Fue increíble, aunque me cuesta ser objetiva. Mientras le sacaba fotos, pensaba: ‘!Qué felicidad me da verlo feliz disfrutand­o de tocar!’. Porque sé lo que significan para él estos regresos, las ganas de tocar en vivo que tiene. El esfuerzo y el trabajo que hay detrás de esto. Las puestas, las visuales, el vestuario, los ensayos: todo está craneado por él”, agrega la fotógrafa. Como dice Lezano, son varios los que de distintos lados y formas hacen su aporte. Otro de ellos es Nicolás Cuño, dueño de Key Biscayne, quien vistió al músico con una onda rockera de los años 50. “Lo vi muy emocionado y aferrado a la camaraderí­a de Palito (Ortega) y el Zorro, todos dándole empuje a este Charly que tiene mucho para seguir dando todavía.

Seguir en carrera. Sus incondicio­nales dicen que así será, que él tiene resto. Algunos fantasean con un estadio River, una idea algo osada para Von Quintiero. Habrá un nuevo show, eso con seguridad. “Quiere tocar a pleno, pero siempre en lindas salas, que ofrezcan contención. Segurament­e, sepan los fanáticos, el próximo tendrá el doble de magnitud, de capacidad, de gente. Todo llega, con tranquilid­ad”, finaliza el Zorrito.

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FOTOS: JOAQUIN TEMES ESCENA. Charly tocó 90 minutos para 1.700 fans que en 48 horas agotaron las localidade­s del teatro porteño.
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FOTOS: INSTAGRAM AMIGOS. Junto a Nicolás Cuño, quien lo viste; Graciela Borges, su amiga de toda la vida; Sergio Maldonado fue también a verlo; Fito Páez, su compañero histórico de ruta.
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