La importancia de cuidar hojas y vainas de la soja
Producir en años complicados climáticamente es un gran desafío. En soja, si se añade la falta de rotación y semilla de calidad no controlada, pueden aparecer las enfermedades de fin de ciclo a pesar de que el clima tienda a ser seco. Esta presencia, aunque baja, es lo suficientemente condicionante como para que cuando se den las condiciones ambientales correctas, aparezca una explosión de enfermedades. Lo mismo ocurre con plagas como las isocas defoliadoras, las bolilleras y las chinches.
En todo caso, tanto con plagas como con enfermedades, de lo que se trata de cuidar la fuente y el destino, o sea las hojas y vainas, maximizando de esta manera los resultados. Dado que en gran parte de la región sojera argentina ya se ven manifestaciones de enfermedades como Septoria y de isocas bolilleras y defoliadoras, es de esperar que hacia R3 sea conveniente realizar tratamientos de protección. Aquí, aparecen productos como el funcicida Nanok de FMC que se adaptan a esos cuadros. Está formulado en base a Azoxistrobina y Flutriazol, y es muy móvil dentro de la planta, lo cual disminuye el riesgo de pérdida y rápido ingreso a la planta. “En ese momento, la aplicación de Coragen va a proveer al cultivo la protección necesaria contra isocas defoliadoras o bolilleras, combinando el modo de acción del Rynaxypyr, que por su perfil toxicológico no afecta a la fauna benéfica que colabora en el control”, indicaron desde FMC.
En estados avanzados del cultivo -R6 en adelante-, si ocurrieran ataques de este tipo de plagas, se puede recurrir a Hero, formulado en base a Bifentrin más Zetametrina, contribuye a una alta eficiencia de control a un costo altamente eficiente. Ante la presencia de chinches, recomiendan una combinación de Bifentrin e Imidacloprid.