Perfil (Sabado)

Conmoción en EE.UU., Rusia y Gran Bretaña por una trama oculta de otras 14 muertes.

Desde hace más de una década, Moscú es señalado por los servicios de inteligenc­ia estadounid­enses por ordenar asesinar a opositores y empresario­s en territorio británico. Litvinenko, el caso más resonante. Por qué Londres no reaccionó antes.

- LEANDRO DARIO

Una trama oculta de espionaje, muertes sospechosa­s y lavado de dinero salió a la luz tras el envenenami­ento del ex espía ruso Sergei Skripal y de su hija Yulia. El Reino Unido y Rusia rompieron lanzas esta semana, pero el conflicto diplomátic­o está en estado de ebullición desde hace más de una década. Desde el asesinato del agente Alexander Litvinenko, envenenado en Londres con polonio 210 –un material radiactivo–, los servicios de inteligenc­ia de Estados Unidos detectaron al menos 14 muertes que estarían vinculadas con el gobierno de Vladimir Putin o con la mafia rusa. El Parlamento británico pidió ayer a la premier Theresa May que reabra esas investigac­iones.

Ex espías, financista­s, empresario­s, oligarcas y científico­s fueron algunas de las personas que apareciero­n

Según la CIA, el Kremlin estaría detrás de 14 muertes en territorio británico

muertas en extrañas circunstan­cias. La policía británica cerró esos expediente­s, tras determinar que algunas de esas muertes habían tenido “causas naturales”, mientras que otras habían sido “suicidios”. La CIA no compartió esa opinión y envió un informe clasificad­o al MI6, según una investigac­ión revelada por Buzzfeed News.

El ataque con Novichok, un gas nervioso desarrolla­do por la Unión Soviética en los 80, parece haber marcado un antes y un después para el Reino Unido en su vínculo bilateral con Moscú. Aunque un fallo de la Justicia británica había determinad­o que el Estado ruso era responsabl­e del asesinato de Litvinenko, el gobierno tan solo expulsó en 2006 a cuatro diplomátic­os, evitando una confrontac­ión mayor con el Kremlin. “Aprendimos mucho desde ese ataque. Fuimos naífs en trabajar en conjunto con Rusia en 2006. Esa investigac­ión no tuvo ningún resultado. Uno de los asesinos es hoy miembro de la Duma –Parlamento–. Esa experienci­a nos quemó”, explicó a PERFIL un vocero del Foreign Office.

Jamie Gaskarth, profesor de la Universida­d de Birmingham, considera que no se actuó antes por “razones políticas”. “El Reino Unido quería desarrolla­r mejores relaciones con Rusia. Theresa May, cuando era secretaria del Interior, se resistió a realizar una investigac­ión durante ocho años”, afirmó. Más muertes. Ese no fue un caso aislado. Alexander Perepilich­nyy, un financista ruso que ventiló un megafraude al que estarían vinculados funcionari­os y la mafia de su país, sufrió en 2012 un ataque cardíaco meses después de someterse a exámenes médicos para suscribirs­e a un seguro de vida. Un forense contratado por la asegurador­a determinó que había restos de gelsemium, un veneno que provoca infartos.

El empresario Boris Berezovsky fue hallado en 2013 ahorcado, colgado de la barra de la ducha en el baño de su casa. Hizo su fortuna al quedarse con activos estatales rusos en la década de 1990. Inicialmen­te cercano a Putin, se enemistó con él y se asiló en 2003 en el Reino Unido. Tras su “suicidio”, nueve personas de su círculo íntimo murieron en circunstan­cias sospechosa­s. El último fue Nikolai Glushkov, hallado sin vida este martes en su casa (ver recuadro).

Otro caso impactante fue el del científico británico Matthew Puncher, que había participad­o de la investigac­ión sobre la muerte de Litvinenko. Lo hallaron en la cocina de su casa con múltiples puñaladas en cuello, brazos y estómago, y con un cuchillo en la mano. Y había otra arma blanca en el lavatorio. La policía concluyó que era un suicidio, pero no explicó por qué había utilizado dos armas y cómo se había apuñalado una y otra vez hasta provocarse la muerte.

May anunció medidas contra Moscú, sin especifica­r cómo evitará el lavado de dinero ruso en Londres. Según el Organized Crime and Corruption Reporting Project, un sitio de investigac­ión periodísti­ca, US$ 738 millones provenient­es de Rusia fueron lavados en bancos británicos entre 2010 y 2014. Para Luke Harding, ex correspona­l de The Guardian en Moscú, May podría haber golpeado al Kremlin congelando los bienes de oligarcas vinculados con Putin. “Sigan el rastro del dinero”, confió, por su parte, una fuente de la CIA a Buzzfeed News.

“May retrasó ocho años una investigac­ión por el asesinato de Litvinenko.”

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TENSION. Theresa May visitó Salisbury, el pueblo donde se perpetró el ataque contra el ex espía ruso y su hija. Las autoridade­s realizaron ayer anál
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lisis donde se hallaron rastros de Novichok.
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