Nuevo presidente.
El ignoto vice reemplaza a Kuczynski, quien renunció por corrupción. Deberá lidiar con la interna fujimorista y el descrédito de la dirigencia.
Martín Vizcarra asumió en Perú, tras la renuncia del acusado Pedro Kuczynski.
Con la promesa de poner fin al momento de “zozobra institucional” que vive Perú, el hasta ayer vicepresidente primero del país, Martín Vizcarra, asumió la presidencia en reemplazo de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), quien esta semana se vio forzado a renunciar luego de que figuras de su entorno fueran acusadas de intentar comprar votos en el Parlamento para evitar su destitución. Vizcarra, un político de bajo perfil y a quien muchos peruanos ni siquiera registraban, tiene ahora el desafío de encausar la crisis en un contexto de enorme descrédito de la clase política.
“Lo que ha sucedido debe marcar el punto final de una política de odio y confrontación”, dijo Vizcarra durante su mensaje a la nación. “Los graves acontecimientos ameritan que se establezcan responsabilidades y la Justicia debe actuar con celeridad. Propongo a los congresistas un pacto social a fin de luchar contra la corrupción e impulsar el desarrollo democrático e integrador. Podemos transformar este difícil momento en una nueva etapa política”.
Vizcarra juró el cargo luego de una serie de idas y vueltas en torno a la aceptación de la renuncia de PPK por parte del Congreso ( ver recuadro). El ex vice peruano gobernará hasta que se cumpla el mandato constitucional, es decir, hasta 2021. Ayer, tras su discurso ante los legisladores, Vizcarra fue aplaudido por la bancada de Fuerza Popular (FP), que responde a la ex candidata presidencial Keiko Fujimori, hija del ex presidente y dictador Alberto Fujimori. Keiko es una de los personajes claves en la trama que derivó en la caída de PPK.
Kuczynski renunció luego de que miembros de FP difundieran varios videos, grabados con cámaras ocultas, en los que personajes cercanos a Kenji Fujimori, hermano menor de Keiko, ofrecían prebendas políticas en nombre del gobierno a cambio de votos en el Parlamento para evitar la destitución de PPK, quien desde hace meses tambaleaba por acusaciones de corrupción vinculadas con la empresa constructora Odebrecht cuando él era ministro.
Nexos. Semanas atrás, los presuntos vínculos espurios entre el menor de los Fujimori y PPK ya habían sido señalados cuando, poco después de que los legisladores liderados por Kenji frustraran una votación en el Congreso para destituir a Kuczynski, el gobierno indultó a Alberto Fujimori, condenado por crímenes de lesa humanidad. Esa circunstancia marcó la ruptura definitiva entre Kenji y Keiko, quien veía amenazadas sus aspiraciones presidenciales por la figura de su hermano.
“En el corto plazo, el sector de Keiko Fujimori sale fortalecido de esta nueva crisis y consolida su peso en el Congreso –dijo a PERFIL el analista político peruano Alfredo Torres, presidente de Ipsos Perú–. Pero, en el mediano plazo, todo el fujimorismo sentirá el golpe, porque al final queda una sensación generalizada de que toda la clase política es corrupta. La mirada ciudadana sobre los políticos hoy se reparte entre la apatía y el ‘Que se vayan todos’.”
En ese marco asume el ingeniero Vizcarra, quien se mantuvo en silencio y distante –ejercía como embajador en Canadá– mientras duró la agonía política de PPK. Por lo pronto, el flamante presidente prometió un gabinete “completamente nuevo”. Proveniente de una familia del aprismo y ex gobernador de Moquegua, una de las regiones más pequeñas del país, trascendió a la política nacional gracias a su decisión de invertir recursos del canon minero en educación, lo que sedujo a los operadores de la campaña de PPK en 2015 y 2016. Ahora, el sillón presidencial es suyo.