El Gobierno busca recortar los subsidios a las obras sociales
En plena batalla con la familia Moyano, el Gobierno abrió un nuevo conflicto con los sindicatos de la CGT: la discusión sobre el reparto de subsidios a las obras sociales por parte de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS).
En concreto, en Casa Rosada, los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana (quien además es uno de los dueños de Farmacity) y Gustavo Lopetegui, ordenaron reducir el déficit de más de $ 6 mil millones, principalmente generado por los fondos de discapacidad.
Según pudo saber PERFIL, el Negro Quintana es quien les pone mayor presión a los funcionarios con el objetivo de realizar un fuerte recorte en el programa SUR (Ser vicio Unico de Reintegros), donde se concentran los subsidios. En particular, los fondos para discapacidad son los que están en la mira ya que se llevan el 40% del déficit operativo de la SSS.
Quintana ya arrastra conf lictos con el tema discapacidad: fue él quien llevó, en Desarrollo Social, a Billy Badino, el funcionario que terminó eyectado del área por los fuertes recortes el año pasado.
Billy fue cobijado por la Secretaría de Niñez a cargo de Gabriel Castelli, amigo personal del vicejefe de Gabinete. Y el área de discapacidad terminó en manos de la vicepresidenta, Gabriela Michetti, quien hoy se ocupa de la regulación y distribución de los fondos.
De todas maneras, en la Casa Rosada no dudan: el déficit que arroja de manera mensual la SSS es “insoste- nible”, según afirman. Son entre $ 550 y $ 600 millones, al menos. A partir de esto, los representantes de los principales sindicatos de la CGT vienen reuniéndose con Sandro Taricco, el titular de la SSS, y hombre cercano al ministro de Trabajo, Jorge Triaca. En principio, son reuniones técnicas con abogados de las obras sociales para intentar “trabajar en conjunto una base de datos de beneficiarios, que no haya un festival de amparos y que los subsidios sean efectivos al afiliado”, según explican en el Gobierno. Curioso: uno de los que se pasean por las oficinas de la SSS es Luis Scervino, el ex titular del área y abogado de confianza de José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). De una ventanilla a la otra.
Paralelamente, Triaca le ordenó a Taricco avanzar con la fusión de obras sociales. Por caso, los azucareros del norte llegaron a tener siete obras sociales. En otros casos, por inviables, como sucede con La Bancaria – que anunció que volverá a las medidas de fuerza tras no haber podido cerrar su paritaria–, una de las que rankea entre las peores prestadoras.
Los cálculos que realizan en la Casa Rosada hablan de reducir, al menos, un 20% la cantidad de obras sociales. En Salud no quieren arriesgar porcentajes pero aceptan que el sistema actual, con casi 300, no puede funcionar bien. El primer estudio que yace sobre la mesa de Triaca en su oficina de Leandro Alem 650 habla de que, de las obras sociales grandes auditadas, tres de cada diez tienen serios inconvenientes para seguir adelante.