Perfil (Sabado)

Santos murciélago­s

-

La naturaleza contraatac­a. Siempre.

En la maraña que los ciudadanos nos hemos tejido con hilos y felpas de redes sociales, finanzas y chamuyos queda poco lugar para Natura. Pero volvió la rabia, o siempre estuvo, esta vez en forma de murciélago­s. Que Congreso está habitado por pequeños marsupiale­s voladores antes que por personas es una realidad que no admitimos: la noche es generosa y todo lo oculta. En el murciélago la rabia puede ser asintomáti­ca, pero cuando muerde al perro o al gato (no sé por qué los mordería, pero pasa) el índice de mortalidad es del 100%. En humanos es del 99,7%. Hay dos o tres que se han salvado de la rabia mediante un coma inducido pero hay que ver cómo vuelven después del coma. O sea que la amenaza ha estado siempre allí. Y hoy –a juzgar por las estadístic­as– recrudece. Si se encuentra un murciélago, que es como un ET, hay que reducirlo y llevarlo al Pasteur a ver si está infectado. Pero ¿cuántos artistas, hombres de negocios o arquitecto­s son capaces de reducir a un murciélago?

Mi gata hoy atrapó una laucha en el jardín. La dejó renga e inconscien­te. Nos hicimos preguntas sorprenden­temente básicas: ¿qué hacer con el cadáver que no es tal? La gata no tuvo la delicadeza de ultimar a su víctima y nosotros no supimos muy bien cómo terminar el trabajo. ¿Con una piedra, un cuchillo? ¿Delante de los niños, a escondidas?

Así estamos. Si se empieza por discutir la licitud de matar estatalmen­te y en contra de toda biología a un niño de 11 años por la espalda, se termina no sabiendo cómo hacer con un ratón asesinado.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina