PARA TODO EL AÑO
La naturaleza salvaje de Islandia es la culpable del atractivo especial que en los últimos años está protagonizando esta isla del Atlántico norte. Este boom turístico que la convierte en destino favorito a escala mundial tomó por sorpresa a propios y ajenos, y desencadena interrogantes. El verano –y por ende la temporada alta– es corto en el hemisferio boreal. ¿No está llegando el país al límite de su capacidad receptiva para absorber tantos visitantes? ¿Padece Islandia la masificación turística? La Feria Internacional de Turismo de Berlín fue la ocasión para que Sigridur Ragnarsdottir (foto), gerenta de la agencia de turismo Visit Iceland, aclare alguna de estas cuestiones. “Islandia no tiene ningún problema de masificación turística, aunque se pueda decir que el turismo a gran escala es reciente. Hace ocho años apenas teníamos turismo internacional. En el año 2008 solo recibimos en total 500 mil turistas y ahora, 2,2 millones”, ilustra la ejecutiva. El turismo se ha convertido en una industria que opera durante todo el año, pero se reciben 50 mil turistas al día. Y esta cifra, según Ragnarsdottir, no se puede comparar con el número de personas que visitan ciudades donde actualmente se discute sobre el overtourism, un destino sobrepasado por la demanda. La funcionaria aclara que “de los 2,2 millones de turistas que visitaron Islandia en 2017, 1,4 millones llegaron en el período septiembre-mayo, es decir durante el invierno islandés, la temporada baja. El mayor incremento de visitantes se registró en invierno, período en el que antes no venía nadie. Islandia en verano e Islandia en invierno son dos mundos diferentes. La gente que llega en invierno quiere vivir nuestra cultura, observar las auroras polares y disfrutar de la nieve. Islandia es un país misterioso en invierno, y eso es algo que se está descubriendo últimamente”, agrega la especialista. Por otra parte, la isla está haciendo hincapié no solo en el turismo fuera de temporada alta sino también en la diversificación regional para que la mayor afluencia no se concentre en la capital del país, Reikiavik. En las más apartadas, que reciben actualmente pocos visitantes, el turismo es muy importante para que los pobladores vinculados a la industria sin chimeneas puedan seguir subsistiendo. Simultáneamente, quienes llegan en temporada alta también tendrán sorpresas de bienvenida. En el verano boreal 2019, el barrio Grandi, en la capital, tendrá una atracción denominada Flyover Iceland. Los visitantes se sentarán en góndolas que flotan en el aire y experimentarán los paisajes del país en un tour virtual 4D que durará 45 minutos.