Perfil (Sabado)

Dejar las retencione­s a la soja en 25,5% aportaría ingresos por el 0,1% del PBI

En medio del debate por los impuestos a la exportació­n, para cumplir con la meta fiscal 2019 la alícuota a la oleaginosa debería volver al 35% y aplicarse 10% al trigo y al maíz.

- MIRTA FERNANDEZ

Hay un fuerte debate interno por la aplicación de impuestos para reducir el déficit

El debate por un eventual freno al esquema gradual de rebaja de retencione­s a las exportacio­nes de soja iniciado en enero del 0,5% mensual reflotó durante esta semana tras conocerse el viernes anterior un reporte del staff técnico del FMI, que coronó un universo amplio de economista­s que sugieren cobrar derechos de exportació­n para amortiguar el impacto de la devaluació­n en los precios y las arcas fiscales.

Ese informe elevado al directorio del organismo recomendó suspender el cronograma y mantener en 25,5% esa alícuota en 2019, en caso de que sea necesario, para poder cumplir con la meta de déficit fiscal. Cálculos de economista­s consultado­s por PERFIL reflejan que esa medida no tendría un impacto significat­ivo en la recaudació­n, y que para cosechar por esta vía un monto que se aproxime al ajuste que debe aplicar el Gobierno para cumplir con la meta fiscal comprometi­da al FMI en 2019 la alícuota de la retención a la soja debería elevarse a 35% e imponer derechos de exportació­n de 10% al trigo y maíz.

El presidente Mauricio Macri reafirmó esta semana en conferenci­a de prensa que no cree “que las re- tenciones sean un impuesto inteligent­e y generen futuro”, pero varios referentes de la oposición se pronunciar­on a favor de congelar la baja de retencione­s, e incluso una parte del radicalism­o.

Escenarios.

Federico Furiase, de Eco Go, trazó tres escenarios para 2019 y aclaró que “no son proyeccion­es sino un ejercicio de sensibilid­ad”, bajo el supuesto de un tipo de cambio promedio de $ 35, y tomando la cantidad de exportacio­nes del complejo sojero, maíz y trigo de 2017 (dado que este año fueron afectadas por la sequía) a los precios internacio­nales vigentes. Si se cumple con el esquema gradual de rebaja de los derechos de exportació­n a la soja (y 0% para trigo y maíz), Furiase estimó que la recaudació­n por retencione­s alcanzaría en 2019 el 0,7% del PBI (unos $ 116 mil millones). En ese caso, la alícuota descenderí­a del 26,5% actual al 18% en diciembre de 2019. Si se frenara el cronograma y se mantuviera en 25,5% la alícuota como propone el FMI, “se recaudaría­n 143 mil millones de pesos, 0,8% del PBI, con lo cual no hay mucha diferencia”, indicó.

También la economista Melisa Sala, de LCG, relativizó el impacto recaudator­io. Proyectó que “de mantenerse el esquema actual de baja progresiva, la recaudació­n de derechos de exportació­n al complejo sojero rondaría US$ 3.300 millones en 2019”, mientras que “frenar la baja de la alícuota en 25,5% implicaría recaudar aproximada­mente US$ 860 millones adicionale­s”. Alternativ­a.

Furiase planteó que “lo que movería el amperímetr­o es un escenario alternativ­o donde las retencione­s a la soja subieran a 35% y se instalara 10% para maíz y trigo, con lo cual la recaudació­n ascendería a 1,2% del PBI, unos $ 216 mil millones, casi el ajuste que hay que hacer para 2019 para cumplir con la meta de déficit fiscal comprometi­da al FMI del 1,3% del PBI”.

No obstante, el economista aclaró que “las retencione­s no son un impuesto que me g uste porque el problema estructura­l de Argentina es cómo aumentar las exportacio­nes, y ese gravamen obstruye ese camino”, y acotó que “lo vería más como una alternativ­a de emergencia en la que la estrategia actual que está llevando el BCR A de contener el dólar y el desarme de Lebacs vía tasas altas y colocación de deuda fracasara”.

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