Sigue la fiebre por adaptaciones
Un día Hollywood decidió que se acabaron las ideas originales. Y fue entonces cuando, cual ejercito de zombies, los cómics pisaron fuerte. Primero fueron los superhéroes en las pantallas grandes, y ahora son las series las que observan a los ojos a los cómics que no usan calza. El primer germen fue la furia desatada por The Walking
Dead. Pero ahora es imposible frenar todas las adaptaciones del papel que se vienen. En su eterna búsqueda de contenidos originales, Netflix acaba de confirmar dos series.
Daybreak ha recibido la luz verde para diez episodios. Claro que la novela gráfica de Brian Ralph tiene los condimentos correctos para funcionar de maravillas en el mundo de las series: cuenta un drama apocalíptico con tintes de comedia, protagonizada por un joven de 17 años que sale a la búsqueda de su novia. El show será responsabilidad de Aron Eli Coleite y Brad Peyton (director de la recientemente estrenada Rampage). Coleite se ha convertido en el hombre de Netflix a la hora de las adaptaciones de cómics. Es el productor ejecutivo de la segunda serie de cómics que el gigante ha confirmado esta semana: Locke
& Key. Después de ocho años de pasearse por cadenas y showrunners varios, el show basado en el cómic de Joe Hill y Gabriel Rodríguez finalmente avanza. Serán diez episodios. ¿Serán los cómics la próxima gran victoria mainstream de Netflix?