TODA ESTA SANGRE EN EL MONTE
Toda esta sangre en el monte comienza frenética, poniendo quinta en la visceralidad: vemos los resultados, frescos y lacerantes, de una muerte. El director Martín Céspedes se va a encargar de mostrar que esa muerte implica un posible asesinato de un campesino. No solo eso: un campesino que parece fue enviado a matar por sus protestas contra la planta de soja en Santiago del Estero. Céspedes se mete en la comunidad, en su día a día, en su forma de cultivar y así el contraste con aquella forma de cultivo industrial queda en evidencia, en todos los aspectos que necesitan quedar a la vista. Con inteligencia, pero también sabiendo dispensar los momentos terribles de una historia así y el juicio que conlleva, Céspedes genera un documental que sabe bien lo que está haciendo. Uno que cree en sus instintos tanto como en su sentido de la responsabilidad.