Así trabaja Caputo, un ‘trader’ en el BCRA para calmar la City
“Hay un trader manejando el Banco Central”, se ufanan en el mundo financiero sobre la gestión de Luis Caputo. Así lo nombran sus viejos colegas de la banca de inversión. En la jerga sectorial, se define así a quienes se encargan de comprar y vender activos del mercado, y operan en el corto plazo, con el fin de obtener una rentabilidad rápida. Lejos de decirlo en forma despectiva, para ellos Toto es “garantía de resoluciones rápidas y objetivos concretos”. Distintas fuentes contaron a PERFIL que desde que aterrizó en el BCRA, Caputo “va todos los días a la mesa de dinero” y lo describen como un “bombero que vino a apagar un incendio”, por la corrida cambiaria que se cargó a Federico Sturzenegger. Obsesión. Cuentan que Caputo “en el día a día está más en contacto con la gente de mercado que Sturzenegger”, que solo visitaba la mesa de dinero en momentos complicados. “Debe ser uno de los pocos presidentes de bancos centrales de perfil trader, no es un académico como era Sturzenegger o muchos otros del sistema bancario global”, reflexionó el jefe de un banco internacional. Quienes trabajan en el BCRA relatan que “está focalizado en el mercado, no se dedicó a otros proyectos de la entidad, no avanzó en reformular áreas ni metió mano en la organización cotidiana, desde que llegó se ocupó del dólar y Lebac, porque la prioridad era terminar con el incendio”. Para algunos empleados “hay una percepción de que no desembarcó del todo; Caputo está a full con la mesa, y estamos medio como a la espera de tener un contacto más directo, por ahora seguimos en piloto automático”. Todos coinciden en que Toto es “perfil bajo”, y no hubo acto de presentación. Sturzenegger apenas desembarcó “reunió a todos y dio un discurso donde planteó sus objetivos de largo plazo, reestructuró áreas, estaba encima de todo”. Roles. Caputo arribó acompañado solamente de Gustavo Cañonero, quien ocupa la vicepresidencia del BCRA, y venía de ser director de SBS Fondos, y Pablo Quirno, su jefe de Gabinete del Ministerio de Finanzas, y considerado su mano derecha, que ahora es director en la entidad. Un dato llamativo que resaltan es que “no trajo asesores propios, reconfirmó a todos los de Sturzenegger, no metió gente de él en la línea del banco, ni en los puestos técnicos”. Según averiguó PERFIL, Cañonero asumió el rol de “monitorear la coyuntura macroeconómica, el seguimiento de los indicadores”. “Está acostumbrado a hablar de la macro a mediano plazo, lo hizo mucho tiempo para bancos de Wall Street, y ahora es quien trata de contar toda la película porque Caputo está en el día a día”, destacó un directivo de banco. Por su parte, Quirno está revisando la normativa vinculada a las casas de cambio, entre otras cuestiones. Los definen como un trío “bastante hermético”, tienen un grupo de whatsapp entre ellos, y otro que abarca “a las cabezas de distintas áreas”.
Una situación curiosa es la continuidad de Mariano Flores Vidal, en la gerencia general, dado que recaló en el BCRA de la mano de Sturzenegger. Algunos recuerdan que el ex funcionario pregonaba que “cuando se fuera, su gente se iba con él”. Ese grupo incluía a Demian Reidel, que era el vicepresidente segundo, y a Andres Neumeyer, economista jefe, que efectivamente se marcharon. Especulan que Flores Vidal sigue tal vez porque “formó parte muy activa de la negociación del acuerdo con el FMI”. A los ojos de algunos, “está haciendo un papel lamentable, desdibujado, respetando a rajatabla instrucciones sin participar en la toma de decisiones, a diferencia de la anterior época, que tenía gran poder”. Según cuentan, Caputo en más de una ocasión le recrimina: “Estamos corrigiendo las macanas que se mandaron con Federico en la negociación con el FMI”.