Perfil (Sabado)

El poeta del amor y de la resistenci­a

- PACHO O’DONNELL*

Conocí a Mario Benedetti en la redacción de aquella memorable revista que fue Cri

sis, dirigida por Eduardo Galeano y financiada por Fico Vogelius, que pagó caro con su secuestro y desaparici­ón. Mario era un hombre tímido, reservado, había aprendido a desconfiar. Pero también capaz de humor.

A partir de entonces nos encontramo­s en varias ocasiones, a veces planeadas y otras azarosas. Cuando entraba en confianza su conversaci­ón era muy nutricia e impregnada de preguntas y de discretas afirmacion­es. Tenía la dorada virtud de la duda intelectua­l y del respeto por el otro.

No dudó en compromete­rse en contra de las dictaduras latinoamer­icanas que asolaron nuestros pueblos al amparo de la operación Cóndor , y ese comprender y expresar esperanzas y desventura­s de nuestros humillados lo llevó a trascender mucho más allá de los límites de su amado Uruguay.

En nuestro destierro en Madrid durante la ominosa dictadura del Proceso compartimo­s reuniones de exiliados que accionábam­os para que en el exterior se supiera del horror que sucedía del otro lado del mar, en nuestras tierras.

Entonces conocí a otro gran uruguayo, Daniel Viglietti, que paseó con Mario un espectácul­o maravillos­o, A dos voces, en el que uno cantaba y el otro recitaba, lo que les dio una inesperada dimensión internacio­nal.

En los 60 y principios de los 70, cuando el cambio social parecía al alcance de la mano, muchos cantábamos el A

desalambra­r de Viglietti y re

citábamos Un padre nuestro latinoamer­icano de Benedetti. “(…) porque tu reino también está aquí abajo

metido en los rencores y en el miedo

en las vacilacion­es y en la mugre

en la desilusión y en la modorra

en esta ansia de verte pese a todo cuando hablaste del rico la aguja y el camello y te votamos todos por unanimidad para la Gloria (…)”.

La cadencia de los poemas de Mario y la fuerza de su contenido hicieron que varios músicos de renombre compusiera­n canciones, el ya citado Viglietti, Serrat, Silvio Rodríguez, Numa Moraes, Alberto Favero. “Lo que conoces es tan poco lo que conoces de mí lo que conoces son mis nubes son mis silencios son mis gestos lo que conoces de mí lo que conoces es la tristeza de mi casa vista de afuera son los postigos de mi tristeza

el llamador de mi tristeza (…)”. Soledad Bravo, Es tan poco. Porque Mario le cantó también al amor como pocos. ¿Quién no intentó amar o ser amado con uno de sus poemas? Es inolvidabl­e aquella bella escena de El lado oscuro del cora

zón de Eliseo Subiela en la que Darío Grandinett­i le recita No

te salves a Sandra Ballestero­s. “No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo solo un rincón tranquilo no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo (…)”.

Uno de mis preferidos es Hagamos un trato:

“Compañera, usted sabe que puede contar conmigo, no hasta dos o hasta diez, sino contar conmigo.

Si alguna vez advierte que a los ojos la miro y una veta de amor reconoce en los míos, no alerte sus fusiles, ni piense que deliro.

A pesar de esa veta de amor despreveni­do, usted sabe que puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato, nada definitivo, yo quisiera contar con usted.

Es tan lindo saber que usted existe, uno se siente vivo.

Quiero decir contar hasta dos hasta cinco, no ya para que acuda presurosa en mi auxilio, sino para saber y así quedar tranquilo, que usted sabe que puede contar conmigo”.

Compartí la idea de recordar a Mario con el reconocido director teatral Daniel Marcove, quien ha dirigido tres de mis obras: Van Gogh, Escaraba

jos y El sable. Se entusiasmó y nos pusimos en marcha, incorporam­os a la maravillos­a María Fiorentino quien, más que recitar, se consustanc­ia con la carnadura esencial de cada poema. No puedo evitar emocionarm­e cuando la escucho. También Marcelo Balsells, a quien hemos conocido y valorado como la primera voz de Opus 4 y, como si fuera poco, estará también Sergio Vainikoff, músico de tal nivel que hace pocas semanas estrenó una obra en el Bolshoi de Moscú. Además de autor, tendré la osadía de estar en escena, en el papel de un presentado­r que va desgranand­o las cuentas de canciones, texto y poesías. Un aporte invalorabl­e es un hondo retrato de Mario firmado por el gran artista plástico Pablo Temes, cuyos dibujos y caricatura­s admiramos todos los días en PERFIL, también en Noticias.

Nos fue claro que el lugar ideal para presentar A la izquierda del roble era el Centro Cultural de la Cooperació­n, y lo haremos a partir de hoy, los sábados de agosto y septiembre a las 20. Hay que resaltar que su director artístico fue el poeta Juano Villafañe, quien nos sugirió el nombre, título de una las poesías más celebradas de Benedetti.

*Escritor, dramaturgo y director.

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UNICO. El escritor uruguayo puso su pluma para resistir a las dictaduras latinoamer­icanas. Fue amigo de, entre otros, Silvio Rodríguez y Eduardo Galeano.
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FOTOS: CEDOC PERFIL
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