Laguna Mar Chiquita, perla cordobesa
Es uno de los ecosistemas más estudiados del planeta y las actividades que se realizan
“En Marull, la gastronomía es la vedette que seduce a los
Los “ángeles de Ansenuza” son tres especies de flamencos del Cono Sur que se concentran en la Laguna Mar Chiquita (Córdoba), maravillando con sus vuelos y comportamientos prenupciales a fotógrafos, observadores de aves y turistas amantes de la naturaleza. El plumaje de los flamenco austral, parina grande y parina chica roban todas las miradas y los flashes. Aquí se pueden observar más de 400 especies de aves en distintas épocas del año. La grandiosidad de la Laguna, la mayor de agua salada de Sudamérica que recibe además el aporte de agua dulce de los ríos Suquía, Xanaes y Petri, es el escenario de pequeñísimas y grandes aves. Algunas son acuáticas y otras terrestres de los montes nativos, pero las que convocan a observadores del mundo son las aves migratorias o viajeras que atraviesan océanos, lagunas, montañas, valles, selvas y desiertos para arribar a la región de Ansenuza en la primavera, hasta comienzos del otoño, tiempo de regresar en busca de lugares para nidificación en Norteamérica. El mayor actrativo del ambiente es la elevada biodiversidad que conjuga fauna y flora de gran interés ecoturístico. Los chorlos y playeros migratorios más comunes son los playeritos Rabadilla Blanca, los chorlos nadadores y los de patas amarillas o Pitotoys, pero también nidifican especies residentes todo el año como el Chorlito de Collar y Chorlito Doble Collar. Adentrándose en los pastizales naturales, el Batitú especie que nidifica en Estados Unidos y Canadá, se destaca por su esbeltez, tierna mirada y afilado pico.
Dos localidades distantes a poco más de 10 km. comparten la Laguna Mar Chiquita en la provincia de Córboba: Marull y Miramar. “Vas a querer volver” afirman en Miramar de Ansenuza y la historia se cuenta a través de sus hoteles y el comportamiento de la laguna que se ha alejado y ha subido sobre el poblado que atardece mirando el sol perderse en un inmenso horizonte azul. Descubrir sus 92 años de historia en el Museo de Ciencias Naturales Aníbal Montes; el Museo Fotográfico “Dante Marchetti” y el Museo de Sitio “Gran Hotel Viena”, vale la pena como también arries- garse a la aventura mediante actividades de trekking, kayak, windsurf, kitesurf o simplemente observar la flora y fauna en la quietud. Saborear este rinconcito supone degustar tanto la nutria como el pejerrey. Marull, destino teñido de los colores y aromas de la naturaleza espera con “sabores que seducen” porque la gastronomía es vedette. En la zona rural, a 1,5 km. del centro urbano los embutidos y escabeches son parte de una suculenta picada junto a las sabrosísimas pastas y postres artesanales. Caminatas guiadas por la costa con avistaje de aves, visitas a tambos modelo y campos con engorde de vacunos en feedlot, completan la propuesta turística de esta localidad en el Departamento de San Justo, Córdoba, que apuesta fuertemente al turismo rural e invita al “Certamen Nacional de Asadoras”.