Tres notables protagonistas de la historia argentina reciente
Presenta el legado de tres referentes del período contemporáneo, para dar visibilidad al aporte femenino en la obtención de derechos sociales fundamentales.
Si jugáramos a decir –sin repetir y sin soplar– referentes de la historia argentina, seguramente la mayoría de esos nombres corresponderían a hombres. Esta respuesta tan masculinizada no es casual: tanto los manuales de historia como el inconsciente colectivo, hace rato que vienen dejando de lado un pequeño detalle: referentes femeninas que lucharon por los derechos de todas las argentinas.
Un grupo de mujeres notó esta falencia y decidió publicar un libro donde se rescaten al menos tres figuras femeninas argentinas que hicieron una tarea importante para el goce de derechos actuales. Se trata del e-book Mujeres que dejaron Huella, un trabajo que narra las historias, tanto íntimas como públicas, de la abogada Florentina Gómez Miranda, la cineasta María Luisa Bemberg y la jurista Carmen Argibay.
PERFIL dialogó con la propulsora del proyecto, la presidenta de la Fundación Global, Graciela Adán, y la periodista Magdalena Cash, quien realizó el trabajo de escritura y producción. El libro tardó más de un año y fue en el marco de GPS Mujer, un espacio de investigación y difusión sobre temáticas de género de la Fundación Global. de Organizaciones de la Sociedad Civil de la Ciudad de Buenos Aires y lo ganamos. Yo había investigado a ocho mujeres, entre ellas a la primera médica argentina, Cecilia Grierson, y a la doctora feminista Alicia Moreau de Justo. Pero, en un momento de reflexión, me pregunté para qué hago esto y me respondí: para darles visibilidad a las mujeres que no eran tan conocidas.
Así fue como me decidí por ellas tres.
María Luisa Bemberg realizó seis películas y dos cortometrajes que denunciaron cómo nuestra sociedad limitaba a la mujer, y a la vez proponían historias de mujeres que se liberaban de estos límites impuestos. Florentina logró la ley de divorcio, la igualdad de los hijos extramatrimoniales, el reconocimiento de derechos a los concubinos, la patria potestad compartida y la ley de cupo. Carmen Argibay, que llegó a ser magistrada de la Corte Suprema, construyó una red de capacitación para jueces y juezas en violencia de género y creó la Oficina de la Mujer. La selección no fue fácil. Teníamos muchísimas mujeres por rescatar. Pero la idea fue que respondiera a la consigna inicial de dar visibilidad a mujeres adelantadas en su tiempo.