LA SELECCION EN SU LABERINTO
BOCA Y RIVER NO CEDEN A SUS JUGADORES. LOS RIVALES SON DE BAJO NIVEL. LA AFA DICE QUE TIENE UN PROYECTO AUNQUE NO LO MUESTRA. Y DEL NUEVO DT, NO HAY NOVEDADES.
Del dicho al hecho hay un largo trecho”, reza el famoso dicho popular. Y en pocos lugares queda tan marcado como en la Selección argentina. Defender los colores del país dejó de ser prioridad para muchos de los principales acto- res de un fútbol argentino que hace tiempo dice, pero no hace. Hace nada, exactamente el 2 de agosto, el Comité Ejecutivo de AFA proclamó la obligatoriedad en la sesión de jugadores. Amparados en el fracaso del Mundial, y en la presencia de Lionel Scaloni como un entrenador interino que no sabe hasta cuando estará, Boca y River dejaron claro que para ellos lo más importante está puertas adentro. Algo lógico en un contexto en que la propia Asociación del Fútbol Argentino no parece tener el futuro de la Selección entre sus prioridades.
Que Scaloni sea el décimo entrenador en catorce años deja muy claro que hace demasiado no hay un rumbo fijo. En los últimos años, la debacle dirigencial hizo que la cuesta sea cada más para abajo. El presidente de la AFA, Chiqui Tapia, asegura estar armando un plan de trabajo 2018-2028, pero que no se explica y que no se puede tomar en serio sin saber siquiera cuáles son los nombres que se buscan para liderar dicha refundación. Porque no solo no se avanzó con ningún candidato, sino que ni siquiera se tiene cer- teza de los apuntados para suceder a Jorge Sampaoli. Se habla de Gallardo, Pochettino, Simeone, pero nunca hay nada oficial. El coqueteo más importante es con un Gerardo Martino que, aunque muchos se olvidan, se fue por la falta de compromiso de los clubes para con la Selección a la hora de armar la lista para los Juegos Olímpicos Río 2016.
“Ahí me iba enterando por los medios la disposición que los diferentes presidentes de clubes tenían respecto de la cesión de futbolistas. Entonces se iban sumando diferentes cuestiones y llega un punto en que es muy difícil dar marcha atrás. Llega un momento en el que uno llega a pensar si no está poniendo en juego su dignidad”.
A la incertidumbre creada por dirigentes que lejos están de tener claro hacia adónde ir, hay que sumarle las ausencias de la generación de Lionel Messi, Sergio Agüero y compañía después de un Mundial sin aspectos positivos. Eso, más las mezquindades de los clubes, que se aprovechan de que hay un DT interino sin peso para tomar decisiones para el futuro inmediato, no hacen más que sacarle prestigio a una Selección que parece estar destinada a sufrir por un largo rato. “La Selección es muy importante, pero el riesgo de que se lesione un jugador también. Somos conscientes de las lesiones y no íbamos a hacer locuras, por eso decidimos que los jugadores se quedasen en sus clubes. Lamentablemente, muchos no han podido venir y, al menor problema, hemos tenido que agachar la cabeza”. La frase salió de la boca de un Scaloni que en Arabia Saudita sabe que no puede hacer nada porque no tiene el poder para poner el grito en el cielo. Porque poco pudo hacer cuando recibió el llamado de Marcelo Gallardo, para pedirle que deje a Armani recuperarse en Buenos Aires, o cuando recibió las quejas públicas de Guillermo Barros Schelotto porque “son muchos los amistosos que juega la Selección”.
La pregunta que habría que hacerse es por qué el presidente de la AFA no salió al cruce de Boca y River después de las decisiones de bajar las citaciones de sus jugadores por dolores que generaron demasiadas suspicacias. ¿O acaso lo más importante no es la Selección? No hay nada claro en esta lucha de poderes.
El nivel de los rivales es otro tema que explica el poco apego de los hinchas con esta reconstrucción de la Selección. Los equipos europeos no están más disponibles por la creación de la UEFA Nations League, que hace que en las fechas FIFA se enfrenten entre ellos y dejen a las selecciones sudamericanas sin la posibilidad de chocar con potencias. Los opciones quedan reducidas a rivales como Guatemala o Irak, o los que enfrenta en Eliminatorias. Todo parece oscuro para una Selección que en menos de un año tendrá que salir a competir en la Copa América de Brasil. Con la obligación de ir a ganarla... por el prestigio del propio fútbol argentino.