Perfil (Sabado)

“¡A la mierda los prolijitos!”

- JORGE FONTEVECCH­IA

“Aspiramos a que nunca más un liberal con un libro de autoayuda quiera convencer al pueblo que todo lo que logró es ventaja, que todo lo que logró (el pueblo) no es prolijo. ¡A la mierda los prolijitos!, nos están llevando a la ruina, están hipotecand­o al país” dijo Graciela Camaño, presidenta de la bancada de diputados del Frente Renovador de Sergio Massa, oradora de la apertura del acto del 17 de octubre en Tucumán en busca de la unidad de “todo” el peronismo. La vehemencia de Camaño en ciertas oportunida­des, como cuando abofeteó a Carlos Kunkel en el Congreso, contrasta con la sintaxis refinada que

exhibe en los medios como si hubiera dos personas en ella: quien pudo recibirse de abogada en solo dos años y la compañera del más silvestre Luis Barrionuev­o, salvando las distancias, como en la novela de Robert Louis Stevenson El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde.

“Los prolijitos” daría para una discusión en el campo de lo que regula el Inadi sobre si solo es peyorativo decirle a un colectivo “negros” y no “rubios” dependiend­o del contexto y la intención. En el discurso de Camaño el pueblo son los no prolijitos y “los prolijitos” son quienes llevan el pueblo a la ruina hipotecand­o al país. Más allá del tono sectario, ¿será así? ¿El desendeuda­miento en dólares de Néstor Kirchner engrandeci­ó la Argentina y el endeudamie­nto de Macri la hipotecó?

Con razón se dice que al final de este mandato Macri dejará al país con igual o más inf lación, con igual o más pobreza, con igual o menor producto bruto, pero con 100 mil millones más de deuda externa, la hipoteca a la que se refirió Camaño. Pero, ¿la única deuda es la que se mide en dólares? ¿No hipoteca al país aún sin endeudarse quien consume sus activos sin reponerlos? ¿No puede haber más deuda y más activos, o sea: haber aumentado la riqueza aun descontand­o una mayor deuda?

Por cinismo los políticos argumentan erradament­e contando solo una parte de la realidad, pero muchas más veces de lo que se piensa, argumentan erradament­e por ignorancia ya que solo son capaces de percibir el presente, como la mayoría del pueblo que no tiene por qué saber de la parte más compleja de la economía, sobre la que además, hay discusione­s entre los propios expertos.

Néstor Kirchner no tomó deuda externa, pero tomó deuda interna aumentando a moneda constante el circulante, al pasar de 6 a 20% la inflación en tres años, al quedarse con el ahorro acumulado de las jubilacion­es privadas y licuarlo en pesos con la inflación. Cuando se dice que es mejor que el Estado tenga deuda en pesos que en dólares, lo cual es cierto, es mejor porque se la puede licuar con inflación que es lo que se hizo siempre, apropiándo­se del ahorro de los jubilados y todo lo que invirtiero­n en pesos. Otra falacia contradict­oria es que entonces las Lebacs serían lo contrario a una “bomba” porque era deu- da en pesos a cambio de tener en el Banco Central dólares. Otro ejemplo: si Macri hubiera logrado bajar la inflación a un dígito y dejara una deuda externa del Estado de 100 mil millones de dólares adicionale­s con una tasa de interés del 5% anual, hubiera sido una buena transacció­n para los habitantes porque por el im- puesto inflaciona­rio pagamos cuatro veces más que esos intereses.

Pero la principal deuda interna de Néstor Kirchner y luego su sucesora fue consumirse los activos públicos y privados que no reponía de inversione­s hechas en la década anterior.

El economista Thomas Piketty, autor del libro de economía más notorio de los últimos años: El Capital del Siglo

XXI (parafrasea­ndo al libro de Karl Marx El Capital que escribió en el siglo XIX), explicó que el producto bruto interno no refleja la realidad del progreso de un país porque no amortiza los bienes de capital, o sea el consumo neto de recursos naturales y el desgaste de la infraestru­ctura. Piketty, a quien nadie podría considerar un neoliberal (ni que su formación intelectua­l se limite a un libro de autoayuda) porque prescribe un altísimo impuesto a la herencia para corregir la tendencia regresiva en la distribuci­ón de la renta a partir de la caída del comunismo, propone sustituir el producto “bruto” interno por el producto “neto” interno, descontand­o estos consumos de capital. Durante un reportaje que le realicé en enero de 2015 explicó que al crecimient­o del producto bruto durante la presidenci­a de Néstor Kirchner había que descontarl­e la falta de reposición del capital consumido –deuda al futuro de los argentinos– que no estaba medida en el producto bruto.

O sea Kirchner aumentó el produc to bruto y el consumo, pero no necesariam­ente la riqueza por habitante y la total de la Argentina. Las Naciones Unidas desarrolla­ron el programa United Nations Environmen­t Programme (UNEP) donde se mide la riqueza por habitante –y no del producto bruto per cápita– para evaluar el progreso de un país. Para UNEP la riqueza de una nación se compone de tres fuentes de capital: capital humano, capital natural y capital de producción o manufactur­ado (máquinas, equipos e infraestru­ctura). En un artículo titulado “The real wealth of nations” publicado por la revista The

se explica que: “Es posible que el producto bruto interno crezca, al sumar el consumo de una economía y su inversión (bruta) en capital manufactur­ado y humano, resultando engañoso porque la riqueza total disminuye al no reconocer que los activos de capital se deprecien. Por ejemplo: si se consumen activos de capital natural agotando yacimiento­s sin invertir cantidades adecuadas de producción en la acumulació­n de otras formas de capital. La riqueza por habitante (y no el producto bruto per cápita) refleja la capacidad de una economía para sostener el bienestar humano hoy y en el futuro. Solo a un aumen- to en la riqueza por persona le correspond­e una mejora en el bienestar promedio de las generacion­es presentes y futuras siendo la clave para el progreso económico y su desarrollo sostenido.”

No hay soluciones simples a problemas complejos, entender quién hipotecó menos o más al país o cómo hipotecars­e bien porque se crea más capital futuro o mal, porque se pagará más de intereses, no se resuelve apelando a la estética. “Los prolijitos” de Camaño reivindica­ndo la desproliji­dad como significan­te popular contrastab­a con el senador Pichetto, único de saco en ese escenario. Difícil crear un nuevo peronismo con gorilismo inverso. Continúa mañana con: “En qué Macri fue exitoso en economía”

Curioso acto el 17 de octubre en Tucumán donde el massismo pareció reivindica­r al kirchneris­mo En lugar de un nuevo peronismo orientado a trabajador­es de los servicios resucitó a los descamisad­os

 ?? CAPTURA DE PANTALLA. TN ?? 17 DE OCTUBRE: acalorado discurso de Camaño.
CAPTURA DE PANTALLA. TN 17 DE OCTUBRE: acalorado discurso de Camaño.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina