RECUERDOS DE LOS COMIENZOS, PERSPECTIVAS DE FUTURO
Marcos Mundstock repasa cómo fueron los comienzos de Les Luthiers en las décadas del ’60 y ’70: “Nacimos en esa época, en ese clima. Por ejemplo, en el 69 o 70, hacíamos un espectáculo en el Di Tella y otro en el Café Concert La Cebolla, que quedaba en Bartolomé Mitre y Callao. Cuando terminaba la función en el Di Tella, teníamos que ir volando a La Cebolla, para lo cual había que llevar los instrumentos. Todo nuestro arsenal de transporte consistía en un Renault 4 de Carlitos Núñez, y La Cebolla estaba en un sótano. Los episodios de estas mudanzas de estas noches eran muy pintorescos. La consigna era: “Cadena”. Entonces, nos poníamos en la escalera e íbamos pasando los instrumentos de mano en mano, por la escalera, como los albañiles, ¿vio? Además, en las primeras épocas, por ahí no nos iba tan bien, porque había noches en que había poca gente. Nos parábamos en la puerta, cruzando los dedos de que viniera más gente. Veíamos venir por la esquina de Callao una parejita. A veces pasaban de largo. A veces entraban. Pero nos fue bastante bien. Fue el comien- zo. Ahora estamos grandes ya. ¿Si esto puede tener continuidad?, ¿cómo? No lo sabemos. Probablemente, a la luz de los reemplazos que se hicieron y que Les Luthiers sigue funcionando a tope, podríamos suponer la posibilidad de que haya un grupo de Les Luthiers con nuestra vieja música, nuestros textos, nuestra idea escénica, representado por otros personajes que no seamos nosotros. No lo sabemos. Eso, más que una esperanza, es una especulación. Ahora nos divierte muchísimo, nos hace muy felices, nos permite seguir activos”.