Cambian las medidas: por qué un kilo ya no va a pesar un kilo
cuatro unidades: el amperio, el kilogramo, el kelvin y el mol.
A partir de la próxima semana el viejo kilo ya no será un kilo. Tras casi un siglo en el que un kilo pesa mil gramos medido por la bocha metálica “patrón”, esa antigua forma de pesarlo dejará de existir. El cambio, además, ocurrirá en forma simultánea en todos los países del mundo. Es que el próximo viernes todos los países firmarán un acuerdo por el que adoptarán una serie de cambios fundamentales en sus sistemas de unidades básicas de medida, incluyendo el kilogramo, el ampere, el kelvin y el mol. Todas serán redefinidas en forma radical y entrarán en plena vigencia a partir de mayo de 2019.
El convenio a firmarse se logró con un amplio consenso internacional discutido por los representantes de los países, incluida Argentina, que se unen en el Bureau Internacional de Pesas y Medidas (BIPM).
Y todos aceptaron que el “kilogramo” estándar dejará de medirse de la manera en que se lo hace desde hace ya un siglo: por medio de un kilo-patrón-control, único en el mundo, cuyo ejemplar original está almacenado bajo siete llaves en un laboratorio francés, en condiciones cuidadas de humedad y temperatura. Tras la firma, cualquier institución de metrología del mundo podrá realizar sus propias mediciones de alta precisión para poder saber en detalle cuánto es un kilo y esa medida tendrá ahora un grado de exactitud de nivel atómico.
“Será el cambio más profundo en esta temática desde el año 1960”, le dijo a PERFIL el ingeniero Héctor Laiz, gerente de Metrología, Calidad y Ambiente del INTI, y miembro del Comité Internacional de Pesas y Medidas, que participó en las discusiones como miembro de la delegación argentina. Y agregó: “Desde ese momento todas las unidades de medida se definirán en base a constantes de la naturaleza y dejaremos de lado el uso de artefactos, propiedades de los materiales o experimentos teóricos irrealizables, tal como hasta ahora sucede”.
“La nueva opción les permitirá a los científicos traba- jar con un mayor nivel de exactitud para poder medir las unidades en diferentes lugares o momentos”, detalló Laiz.
Claro que con el transcurso de los años y los avances tecnológicos, el sistema de medidas fue revisado y actualizado en varias ocasiones. Pero la de la semana próxima es especial: “Es la primera vez en la historia que se redefinirán cuatro unidades básicas a la vez y por medio de la colaboración simultánea de todo el mundo”, sostuvo Laiz.
Vale la pena aclarar que todos estos c a mbios no afectarán los usos ni las mediciones de la vida cotidiana. “Ningún comercio deberá modificar sus balanzas, ni nada por el estilo. El principal impacto de los cambios se verá en la exactitud de algunas mediciones de alto nivel, que se hacen –por ejemplo– en laboratorios de ciencia y tecnología aplicada”, aclaró Laiz.
La gran diferencia está en que hoy el kilo está definido por un objeto físico pero a partir del acuerdo comenzará a basarse en la asignación de un valor relacionado con una constante física: la de Planck. “Así obtendremos una medición más segura, ya que hoy se estima que el patrón original del kilogramo perdió, durante los últimos cien años, aproximadamente 50 microgramos, por la pérdida de algunos de sus átomos”, concluyó el experto.